A poco de convertirse en mamá por tercera vez, Agustina Cherri viajó a Cancún, en México, junto a su pareja, Tomás Vera y a sus dos hijos, Muna (9) y Nilo (7), fruto de su relación anterior con Gastón Pauls. Además de relajarse, mostró su panzota de siete meses de embarazo y contó cómo quiere recibir a su beba.
"El parto de mi hija será respetado y sin anestesia", aseguró, sumándose a la tendencia que se ha popularizado en los últimos tiempos y que tuvo adeptas como Paula Chaves o Emilia Attias.
Pese a que muchas personas relacionan el parto respetado con parir en el hogar, con todos los peligros que eso puede conllevar ante una urgencia médica de la madre o del bebé, no tiene que ver exactamente con eso.
Según explica Unicef, el parto respetado nació en 2004 gracias a la Asociación Francesa por el Parto Respetado (AFAR) y, desde entonces, se replica en distintos países con un objetivo principal de visibilizar el modo en que se atienden partos en todo el mundo y exigir el cumplimiento de derechos vinculados al nacimiento.
"El término 'parto respetado' o 'parto humanizado' hace referencia el respeto a los derechos de las madres, los niños y niñas y sus familias en el momento del nacimiento. Promueve el respeto a las particularidades de cada familia - etnia, religión, nacionalidad - , acompañándola a través de la toma de decisiones seguras e informadas. El parto respetado implica generar un espacio familiar donde la mamá y el recién nacido/a sean los protagonistas y donde el nacimiento se desarrolle de la manera más natural posible", detallan desde el organismo.
En esta línea, al igual que sugiere Cherri, ella será dueña de evitar intervenciones innecesarias durante el parto y de decidir cómo quiere controlar su dolor al momento de dar a luz.
En esta línea, en la Argentina se promulgó la Ley 25.929, sancionada en 2004 y reglamentada en 2015, que defiende los derechos de las madres, los recién nacidos/as y sus familias al momento del trabajo de parto, parto y post parto.
En 2016, la modelo Paula Chaves pidió un parto respetado para dar a luz a su segundo hijo junto a Pedro Alfonso, Baltazar. En aquella oportunidad contó: "Estaba muy asustada, porque creo que a eso de las 22 como que colgué la toalla, después de estar desde las 15 en la clínica metida adentro de la bañadera y la ducha, con Pedro metido atrás mío abrazándome, con la partera alentándome. Fue muy difícil y si no hubiera sido por ellos, no sé si hubiera podido. De ahí nos fuimos a la sala de parto, y ahí es como que pierdo un poco la noción del tiempo. Ahí es donde empecé a aplicar todo lo que aprendí para parir en movimiento, porque un bebito no sale así nomás, uno no puede encajar, y menos un bebito de 4 kilos como fue Baltazar. Fue como un parto animal, pude ponerme en cuclillas, de costado como mi cuerpo me lo pedía".
El parto respetado es un derecho, todas las madres pueden decidir cómo quieren parir (parto natural, cesárea, con anestesia, sin anestesia, etcétera), dónde y con quién, en tanto no presenten complicaciones que puedan poner en peligro su vida o la del bebé. Estar informados es la principal herramienta a la hora de elaborar un plan de parto y presentarlo al equipo profesional elegido.