Las redes sociales son testigos del boom de los superalimentos, alimentos que proporcionan numerosos beneficios a la salud humana, gracias a que poseen una alta densidad nutricional.
Los consultorios de los nutricionistas han explotado de consultas acerca de estas fuentes de nutrientes, que promete mejorar la vida de cualquiera que las consuman. Sin embargo, su término se remonta tiempo atrás, en 1946 cuando un periódico canadiense se refirió sobre los supuestos beneficios que traía el comer muffins, es decir, magdalenas.
Varios son los alimentos que entran dentro de esta categoría, acuñada mayormente por el marketing. Los principales son el aceite de oliva, la chía, la quinoa, la sardina, las hojas verdes, los cítricos como la naranja y el limón, y el ajo, entre otros.
¿Por qué el ajo es un superalimento?
El ajo forma parte de los famosos superalimentos, dado que cumple una función antiséptica. Se dice que, los monjes medievales lo consumían crudo para protegerse de las pestes. Actualmente, es uno de los alimentos más comunes en las cocinas del mundo, por lo que consumirlo es una tarea muy sencilla que puede beneficiar mucho a la salud.
¿Qué beneficios tiene el comer ajo?
Además de su cualidad antiséptica, el ajo reduce el nivel de grasa en la sangre, lo que permite bajar los niveles del llamado colesterol “malo” y ayudar a regular la función del tiroides. Pero eso no es todo, este superalimento normaliza los niveles de tensión arterial, refuerza las defensas y es expectorante, por lo que su uso puede ser de gran ayuda durante infecciones respiratorias.
Comidas como el gazpacho, salmorejo, sopas, pollo o gambas al ajillo, o incluso un caramelizado, permiten comer el ajo de forma cruda o poco cocida.
De todas formas, es importante acudir a un médico clínico y nutricionista si se presenta algún desequilibrio en la salud, ya sea baja de defensas, malestar estomacal, dificultades respiratorias, jaquecas y un largo etcétera.