La lechuga es una fija en las mesas argentinas. Ya sea en ensaladas frescas, como acompañamiento del asado o en los clásicos sándwiches, su presencia es casi obligatoria. Pero hay algo que desespera a cualquiera: abrir la heladera y encontrarla marchita, con hojas blandas y un colormarrón.
La clave está en cómo se conserva. Y aunque muchos piensan que dejarla en la bolsa del súper o envolverla en film es suficiente, lo cierto es que eso solo acelera su deterioro. El exceso de humedad o la falta de ventilación son sus peores enemigos. Por suerte, existe un truco casero que puede alargar su frescura hasta por 10 días. Y lo mejor: es fácil, rápido y no requiere más que papel de cocina y un tupper grande.

La técnica casera que funciona para mantener la lechuga fresca
El secreto es guardarla en un recipiente con tapa, papel de cocina y nada de agua:
- Lavá bien las hojas, una por una, para eliminar tierra o residuos.
- Secalas a fondo: podés usar un repasador limpio o un centrifugador. Este paso es fundamental, porque si queda humedad, se pudre más rápido.
- Una vez seca, acomodá las hojas dentro de un recipiente grande.
- En la base poné un par de servilletas de papel y encima las hojas, sin apilarlas demasiado.
- Finalizá con otra capa de papel arriba y cerrá el tupper.
- Guardalo en el cajón de verduras, donde la temperatura es más estable.

Cómo mantener la lechuga crocante y verde por más tiempo
Con esta técnica, la lechuga puede durar entre 7 y 10 días sin perder su frescura. Eso sí: evitá cortarla antes de tiempo. Lo mejor es conservar las hojas enteras o incluso la planta entera si comprás ese formato. También es clave mantenerla lejos de vegetales como el tomate, que liberan etileno y aceleran su deterioro.
Un tip extra para revivir hojas algo mustias: sumergilas en agua helada con cubitos durante 15 minutos. Muchas veces, vuelven a la vida como si nada.

Y si querés desinfectarla bien, sumale unas gotitas de vinagre blanco al agua del lavado. No solo ayuda a eliminar bacterias, sino que también mejora su conservación. Prepará el recipiente, sacá las servilletas y olvidate de tirar lechuga pasada. Este truco casero se vuelve un antes y un después en tu heladera.