Ni bicarbonato ni lavandina: el truco casero para limpiar las persianas y que queden como nuevas

Es uno de los rincones más olvidados de la casa y también uno de los más difíciles de limpiar.

Ni bicarbonato ni lavandina: el truco casero para limpiar las persianas y que queden como nuevas
El truco para limpiar las persianas.

Limpiar las persianas puede convertirse en una verdadera pesadilla: acumulan tierra, polvillo y hasta grasa si están cerca de la cocina. Además, su estructura hace que llegar a todos los rincones sea casi imposible sin esfuerzo. Sin embargo, un truco casero empezó a viralizarse por su eficacia y porque no requiere ni productos químicos agresivos ni horas de trabajo.

Así se pueden limpiar bien las persianas.
Así se pueden limpiar bien las persianas.

El truco de la media para limpar las persianas: rápido, económico y efectivo

El método consiste en colocarte una media de algodón vieja en la mano, humedecerla con una mezcla de partes iguales de vinagre blanco y agua tibia, y luego deslizar los dedos sobre cada listón de la persiana.

Para este truco se precisan elementos que seguro tenés en casa.
Para este truco se precisan elementos que seguro tenés en casa.

Este sistema permite limpiar a fondo sin dañar el material, y lo mejor es que no deja marcas. Además, el vinagre actúa como desinfectante natural, ayudando a eliminar bacterias y malos olores sin productos tóxicos.

Un detalle clave: no limpies las persianas cuando les da el sol de frente. El calor acelera la evaporación del vinagre y hace que el truco pierda efectividad. Esperá a que haya sombra o realizalo en horarios de menos sol.

Cómo mantener las persianas limpias por más tiempo

Una vez que terminás de limpiar, pasá un paño seco con un poco de suavizante para ropa o una gota de aceite de bebé. Este último paso crea una película protectora que evita que el polvo se adhiera con tanta facilidad y, además, deja un aroma agradable.

Limpiar las persianas.
Limpiar las persianas.

Este truco sirve tanto para persianas de PVC como de aluminio o madera pintada. Si están muy sucias, podés repetir el procedimiento una segunda vez, pero no hace falta frotar con fuerza: la clave está en la constancia y el mantenimiento.