La mayoría de los productos que hay en las casas son conocidos por todos y funcionan de tal forma durante años. Es decir, que se implementan el uso por repetición de familiares o de los padres. Los candados son los elementos clave a la hora de cerrar portones, baúles, cajas o cualquier área no autorizada.

Estos son de color dorado o plata, vienen en diferentes tamaños y su estructura en la misma desde siempre. Los candados tienen un orifico que es de la medida de la llave que se usa tanto para abrir como para cerrar, pero hay un agujerito al lado que llama la atención.
El orificio pequeño siempre está presente cerca de donde va la llave y tiene una función indispensable para su estructura y que funcione correctamente.
Cuál es la función del agujerito en los candados
Lo cierto es que no es por diseño, sino que cumple la función de proteger al candado de oxidarse o que la llave se trabe con el paso del tiempo.

Una función importante para los candados que están en el exterior, bajo la lluvia, el frío y la humedad. La función del agujerito del candado es que salga el agua y la humedad que absorbe cuando llueve y que queda adentro.
El orificio permite que se libere la humedad y el agua para que el candado siga funcionando correctamente. Las piezas metálicas en agua se oxidan, comienzan a trabarse y dejan de funcionar.
Para eso, el orificio actúa como un sistema de drenaje y expulsa el agua para que el interior del candado se mantenga seco y apto para abrirse o cerrarse sin inconvenientes.
Muchas veces, cuando se traban las llaves o pasan mucho tiempo a la intemperie, es difícil abrir el candado y se termina por cortar, lo que rompe y no sirve para usarse otra vez.
























