¿Le erraste al talle? El trucazo para estirar los zapatos con un objeto que seguro tenés en casa

Con este método casero y sin gastar un peso, podés salvar ese par que tenías olvidado en el placard.

¿Le erraste al talle? El trucazo para estirar los zapatos con un objeto que seguro tenés en casa
Cómo agrandar los zapatos en casa.

Comprar zapatos nuevos siempre genera ilusión, pero también puede convertirse en una decepción si, al usarlos, resultan demasiado ajustados. Ya sea por apurón en la compra o por confiar en que “ceden con el uso”, muchas veces terminamos abandonando pares casi sin estrenar. Pero antes de rendirte, probá este truco que se volvió viral y que promete aflojar hasta el calzado más rebelde: estiralos con una papa.

Sí, leíste bien. Aunque suene insólito, esta técnica simple, económica y casera se convirtió en una de las favoritas entre quienes buscan soluciones prácticas para esos zapatos que no terminan de calzar bien.

Estirá los zapatos en casa.
Estirá los zapatos en casa.

Cómo actúa este truco para estirar los zapatos en casa y por qué funciona

La idea es aprovechar la forma y la humedad natural de una papa para forzar suavemente el interior del calzado y así ganar unos milímetros de espacio. A diferencia de otros métodos como el del congelador o el secador de pelo, este sistema no daña los materiales ni altera la estructura del zapato.

El truco definitivo para estirar los zapatos.
El truco definitivo para estirar los zapatos.

Lo mejor: no necesitás herramientas raras, productos químicos ni conocimientos especiales. Solo una papa grande, un poco de tiempo y ganas de recuperar ese par que tanto te gusta.

Además, es una excelente opción si estás buscando alargar la vida útil de tus zapatos, sobre todo en tiempos donde no siempre es fácil salir corriendo a comprar otro par.

El truco clave para agrandar los zapatos.
El truco clave para agrandar los zapatos.

Seguí estas indicaciones para estirar tus zapatos:

  1. Elegí una papa grande, firme y sin brotes.
  2. Pelala completamente, lavala y secala con papel de cocina.
  3. Colocala dentro del zapato, presionando en la zona donde te ajusta más (generalmente el empeine o los dedos).
  4. Dejala ahí durante al menos 10 horas. Lo ideal es hacerlo de noche.
  5. Al día siguiente, retirala y probá el calzado. Si todavía sentís presión, repetí el proceso.