Reconocida a nivel mundial por su indudable talento como actriz de serie y películas, así como también por su belleza y simpatía, Jennifer Aniston ha juntado fanáticos de todas partes del mundo y hasta el día de hoy continúa sorprendiendo con sus éxitos.
Sin embargo, en esta ocasión, la artista reveló un dato muy ligado a su intimidad al abrir las puertas de su casa y permitir que sus seguidores conocieran cómo luce por dentro con gran orgullo, ya que se trató de un diseño que realizó por su propia cuenta inspirada en los estilos que más le gustaban y que le brindaban la sensación de comodidad que ama.
Cómo es la mansión de Jennifer Aniston por dentro
En colaboración con el diseñador de interiores Stephen Shadley, la artista intentó crear un estilo armonioso y cálido dentro de su hogar ya que, a pesar de que necesitaba la guía de un profesional para avanzar en el proceso, se basó en su propio criterio: “hay algo en la elección de las telas y los acabados que alimenta mi alma”, es por eso que confesó que hubiese sido diseñadora si no triunfaba en la actuación.
“Jen se siente atraída por la madera, la piedra y el bronce, materiales que tienen sustancia y profundidad verdaderas. No importa qué tan bello o glamoroso sea algo; debe ser cálido y acogedor”, confesó el profesional que la asistía, y ella misma reforzó la idea final de su compañero sobre lo esencial que es para ella la comodidad. Es por ello que no trabaja desde la sofisticada oficina que tiene lugar en un espacio específico de la mansión, sino que lo hace desde el comedor por su aire “acogedor”.
Así, Jennifer describió la decoración como: “El Viejo Mundo conoce al Nuevo Mundo”, en tanto que adjuntaba elementos clásicos de mediados de siglos como el papel tapiz pintado a mano, tapetes de seda y concreto pulido. “Cada rincón ofrece una experiencia. Nos esforzamos mucho para que todo fluyera” explicó, puesto que la idea de que cada habitación cumpla una función particular está muy presente en los diseñadores.
Y a pesar de que su rol como actriz la mantiene en constante movimiento y la lleva a viajar con frecuencia, la duda respecto de su permanencia en el hogar surgió y confesó: “Hubo un tiempo en que pensé que había algo de romántico en cambiar de sitio cada tres meses. Ahora elijo con más detenimiento los proyectos en los que me involucro. Miro a mis perros y a mi hogar, y no hay otro lugar en donde quisiera estar”.