Existen numerosos tipos de plantas para todo tipo de ambientes y terrenos, pero gran parte de ellas son afectadas por los climas fríos y por ende conllevan un cuidado mucho más minucioso y especial durante esa época del año.
Es por eso que es importante tomar ciertos recaudos, como trasladar las macetas al interior del hogar y mantenerlas lejos de la ventana para evitar que tomen contacto con el frío, o bien si son plantas de exterior, deben ser trasladadas a una zona cubierta para que no le llegue la helada. Sin embargo, las plantas que fueron sembradas requieren de un tratamiento distinto.
Cómo cuidar las plantas sembradas en invierno
Hay plantas que no pueden trasladarse para ponerlas en resguardo de la helada, por eso es recomendable en esos casos cubrirlas con alguna manta o tela que eviten el contacto directo con el frío. La mejor tela suele ser la ‘antihelada’ porque permite que se reciban los nutrientes del sol para hacer la fotosíntesis y que reciba igualmente aire.
Para ello, hay que colocarla de tal forma que cubra todas las hojas y las ramas, o bien se puede colocar sobre el huerto como una especie de ‘techo’ o ‘mediasombra’ y asegurarla con broches de plástico. Este método es recomendable usarlo cuando las plantas están en proceso de desarrollo o cuando hay suculentas en el jardín, porque ellas no resisten el frío.
Otro detalle positivo de la manta antihelada es que puede mantenerse por varios días y retirarse cuando la temperatura supere los 15° -que es el promedio mínimo que toleran las mayorías de las plantas-. Cabe mencionar que el invierno es el momento ideal para nutrir el sustrato, y para ir quitando las hojas secas, de forma que la planta llegue lista para la primavera.