En exclusiva con TN digital, el periodista Daniel Malnatti reveló haberse llevado los saleros de la mesaza de Mirtha Legran, hecho que ya es costumbre entre los invitados al programa. Pero, fue lo que sucedió posteriormente al acto lo que llamó la atención de los lectores: el mismo decidió venderlos.
“No pocos invitados se lo han llevado de souvenir y yo fui uno de ellos. Un día decidí publicarlos en una página para que pueda comprarlos quien quisiera sentirse parte, al menos por un instante, de lo más cercano a la aristocracia de este país” comenzaba anunciando el periodista, quien aseguraba que “Los saleros de Mirtha estuvieron en mi cocina por mucho tiempo”.
El periodista continuó narrando acerca de su “pasión por la limpieza” y su predilección por deshacerse de objetos en desuso, teniendo una tendencia hacia el minimalismo. En este sentido fue que, sin intención de hacerlo, casi arroja a la basura los saleros de la mesa más famosa del país.
“Un día estaba tirando especias y cosas vencidas en frascos viejos y ahí estaban los saleros. Me puse alerta, porque cuando tiro cosas, realmente tiro cosas [...] Soy hipertenso y no los necesitaba, pero mantuve la mente fría y en ese temperamento decidí su destino” desarrollaba Malnatti.
“Los bajé de la alacena, les saqué fotos y los ofrecí en Mercado Libre a todo aquel que pudiera pagar 18.821 pesos por cada uno. Los vendí en un par de meses” anunciaba el periodista, quien levantó revuelvo en las redes sociales ante tan divertida y particular anécdota.
Cómo fue la venta de los saleros de Mirtha Legrand y qué sucedió con el dinero
Como fue mencionado previamente, Daniel Malnatti decidió postear a través de Mercado Libre el anuncio de venta de los saleros, con los cuales terminó por recaudar 37.642 pesos. Pero, ¿Qué sucedió con todo ese dinero? El periodista aseguraba que “invité a comer a todos mis amigos del grupo de WhatsApp de la secundaria. Fue todo más módico pero no por ello menos sentido [...] la pasamos realmente bien”.
Finalmente, el periodista terminaba su relato diciendo que no conoce la identidad de quién compró aquellos icónicos saleros y que, incluso, la venta la realizó bajo un seudónimo. Es de esta forma que, Malnetti reflexionaba “la vida es corta y no hay que dejar saleros por vender” despertando en los lectores sonrisas.