Se cumplen dos años de la trágica muerte de Gustavo Martínez, la última pareja de Ricardo Fort y tutor de sus hijos, Felipe y Martita. Tras su partida física, se filtraron los últimos mensajes en los que reveló su terrible angustia antes de quitarse la vida.
Poco después de confirmarse el fallecimiento de Gustavo Martínez, las primeras teorías apuntaron a un cuadro depresivo que sufría el personal trainer, pese a que los mellizos hijos de Ricardo Fort confesaron que nunca notaron ningún cambio de actitud en su cuidador.
Tiempo después de que se conoció la triste noticia, salió a la luz un nuevo intercambio de chat de Gustavo Martínez en el que confesó estar angustiado y con problemas económicos. “Estoy mal porque no puedo trabajar”, confesó en comunicación por WhatsApp con el periodista Juan Etchegoyen mientras coordinaban para una entrevista.
“La vamos a hacer, pero esperame que yo pueda hacerlo. Ojalá me entiendas”, comenzó el intercambio que fue leído al aire de Secretos Verdaderos, el programa de Luis Ventura en América. “Yo soy profe de educación física y desde marzo no puedo trabajar y me tiene mal. Yo trabajé toda mi vida y un sobrino mío me ayudó a pagar la tarjeta”, contó por entonces a corazón abierto.
Y cerró: “Yo vivo en la casa de Fort porque soy tutor de sus hijos, pero me siento mal al no poder hacer lo que me gusta. Te mando un fuerte abrazo”. Los mensajes datan de octubre o noviembre del 2020, según detalló el periodistas, es decir pleno período de pandemia por Coronavirus cuando aún regían varias restricciones.
Luego, Ventura consideró que Gustavo Martínez “tuvo dos muertes, una fue cuando muerte Ricardo Fort, que deja de ser la persona que era porque él vivía, se iluminaba y respiraba a través de la vida de Ricardo”.
Los desesperados mensajes de Gustavo Martínez con su sobrino
Semanas atrás se conocieron otros mensajes de Gustavo con su sobrino Pablo Martínez en el que le contó acerca de sus problemas financieros e incluso debió pedirle dinero y “algo para comer”.
El ida y vuelta empezó con el pedido del padrino de Felipe y Martita Fort empezó: “Si podés, dame algo para comer que acá no quiero donde estoy”. Y reveló desesperado: “No tengo un peso y no lo digas por favor”.