Martín Murano, hijo de la infame asesina serial Yiya Murano, rompió el silencio en una entrevista con Migue Granados para el podcast La Cruda, transmitido por el canal de streaming Olga en Vivo. En el adelanto del episodio, Martín reveló una verdad estremecedora sobre su relación con su madre: “Al primero que quiso envenenar y matar fue a mí cuando yo tenía 10 años”.
La confesión dejó boquiabiertos a los seguidores del podcast y reavivó el interés por la oscura historia de su madre, quien en los años 70 fue condenada por envenenar a tres amigas con cianuro. “Porque uno de los amantes que tuvo Yiya le había dicho que era mejor que yo no esté. Fue con un pedazo de torta y al momento en el que yo estaba a punto de comerla, me la sacó de la mano y la tiró por el incinerador”, añadió.
Martín, quien mantuvo un perfil bajo durante años, decidió abrirse en la entrevista y contó detalles impactantes sobre su viYda y la difícil relación con su madre. Yiya Murano, apodada “La Envenenadora de Monserrat”, fue uno de los casos más notorios en la historia criminal argentina. La mujer, que falleció en 2022, nunca se arrepintió públicamente de los crímenes que cometió, y su historia sigue generando intriga.
El hijo de Yiya Murano habló de cómo fue su vida con su madre
A lo largo del podcast, Martín Murano dejó en claro que su vida estuvo marcada por el estigma de ser el hijo de una asesina serial. “Yo no cobro por ser el hijo de Yiya Murano”, expresó, dejando ver que, pese a las dificultades, intentó trazar su propio camino y no ser definido únicamente por los crímenes de su madre.
Sin embargo, crecer bajo la sombra de Yiya no fue fácil. En la charla, también confesó: “Cuando era adolescente quería morirme”, aludiendo a los momentos más oscuros de su vida y al peso emocional que cargó desde joven.
El testimonio de Martín arroja luz sobre la complejidad de vivir con una madre que cometió actos tan atroces. Su confesión de que Yiya intentó envenenarlo en su juventud sacude aún más la imagen de la mujer, quien nunca dejó de mantener su inocencia públicamente. Martín destacó que, aunque si bien Yiya fue quien lo trajo al mundo, en realidad fue la empleada de su casa quien lo crió de pequeño.