Gran Hermano continúa sorprendiendo con movimientos que incomodan cada vez más a los participantes. Este martes, además de definirse el líder de la semana, el teléfono rojo ocasionó otro momento de tensión en la casa.
En primer lugar, el liderazgo de la semana lo definieron Martín y Lisandro y, una vez más, tras una semana de “penitencia”, el “Chino” logró el objetivo.
Por otra parte, tras sancionar a Juliana por “cantar” su espontánea se hizo lo propio por el mismo motivo a Carla. Así las cosas, esa modalidad de voto quedó suspendida hasta nuevo aviso.
Pero lo más jugoso de la gala del martes llegó cuando volvió a sonar el teléfono rojo, que este lunes puso en placa a Zoe y le dio la imunidad a Juliana. En esta ocasión, quien atendiera tendría la posibilidad de “fulminar” a un compañero: es decir, mandarlo directamente a placa.
Quién debió hacer la fulminante
La tercera llamada de Gran Hermano al teléfono rojo la respondió Rosina. La voz del anfitrión le dio las indicaciones del caso: debería elegir a uno de sus compañeros y mandarlo directo a placa, sin posibilidad de ser salvado.
La uruguaya se sorprendió por la velocidad en la que debía tomar la decisión y uno a uno fue mencionando a aquellos que no subiría a placa.
Finalmente, la morocha decidió que Lisandro suba a placa y, al igual que Zoe, no podrá ser rescatado por Martín, el líder de la semana. Cabe recordar que Licha le sugirió a Alan que la subiera a Rosina a placa la semana pasada. Sin dudas, la venganza es un plato que se come frío.