Muchos se preguntan cómo va a hacer el Banco Central para desarmar la montaña de 1,16 billones de pesos que hay en Letras de Liquidez (Leliq). Y los temores están puestos principalmente en si su desarme generará o no una hiperinflación.
La duda está en los economistas. Y la falta de respuestas es una gran incertidumbre que acecha a los operadores financieros e inversores, que prevén un cambio abrupto de política monetaria si Alberto Fernández (del Frente de Todos) gana las elecciones.
Es que el propio Fernández ya lo anticipó varias veces: "Vamos a dejar de pagar las tasas usurarias de las Leliq". El temor es que una salida abrupta del actual esquema genere la profundización de algunos desbalances, como el de la disparada de precios.
No obstante, también hay incertidumbre y temor por este tema si el propio Mauricio Macri es reelegido, porque pocos imaginan una salida exitosa. Se habló de un “nuevo plan Bonex” y de otras alternativas, pero eso no es lo que al menos hoy está en la mente de las autoridades.
Idea oficial
Guido Sandleris, presidente del Banco Central, decidió este viernes "recoger el guante" y dar una explicación acerca de cómo, según él y el Comité de Política Monetaria de la entidad, se desarmaría sin inconvenientes ese stock. O al menos se reduciría a la mitad.
Las Leliq y los Pases son ni más ni menos que un pasivo, una deuda, por la cual el Central le paga a los bancos públicos y privados, en forma diaria, intereses reales positivos (por encima de la inflación) para que haya menos dinero en las calles. Les da un papel a cambio de los billetes.
Esas Leliq y los Pases pasivos (financiación entre bancos) que hoy están en los 151.046 millones de pesos son los denominados “pasivos remunerados”. Entre ambos están cerca de alcanzar ya lo que es la base monetaria, que se ubica en 1,32 billones de pesos, casi la misma que un año atrás.
Algunos datos
Sandleris explicó en conferencia de prensa que las Leliq representan hoy el 5,4% del Producto Bruto Interno (PBI). Las ya desaparecidas Lebac de Federico Sturzenegger habían alcanzado al 10,6% el PBI. En tanto, en relación a las Reservas Internacionales (U$S47.600), las Leliq están en un tercio de lo que fueron las Lebac.
El segundo punto clave es que las Leliq están en manos de los bancos, que son agentes regulados por el Central. Y las Lebac estaban en manos de particulares, nacionales y extranjeros que podían irse en cualquier momento, sin negociación posible, generando una estampida y una corrida contra el peso.
La base monetaria (total de dinero disponible para los ciudadanos) se encuentra actualmente en el 6% del PBI cuando el promedio histórico de los últimos quince años fue del 8,6%. La diferencia radica en el congelamiento aplicado en el último año como política monetaria contra la inflación.
El inicio del desarme
Según Sandleris, para que se pueda reducir el stock de pasivos remunerados sin sobresaltos (o sin hiperinflación), la política argentina debería alcanzar tres consensos básicos, independientemente de quien asuma la presidencia de la República el 10 de diciembre.
Se trata de equilibrio fiscal (no gastar sistemáticamente más de lo que se recauda); sostener las tasas de interés reales positivas (para que la gente ahorre en pesos) y aumentar la productividad y las exportaciones.
“Si logramos esos consensos básicos, lo que vamos a ver muy rápidamente es una remonetización de la economía: la demanda de dinero (pesos o instrumentos en pesos como los plazos fijos) va a crecer, más gente va a querer tener moneda nacional”, dijo Sandleris.
Por ello, con solo volver a llevar la base monetaria del 6% al 8,6% del PBI, el stock de pasivos remunerados (Leliq y Pases) caería a la mitad de lo que hay hoy. “Se iría resolviendo ese excedente monetario: en vez del 5,4% del PBI tendríamos casi la mitad”.
“Es decir, si sostuviéramos la política macroeconómica en forma consistente, el tema de las Leliq y los Pases se resuelve solo porque se remonetiza la economía vía la toma de crédito”, aseguró Sandleris en la sede de la autoridad monetaria.
Por la corresponsalía de Buenos Aires.