Le salvó la vida cuando era un bebé y ahora trabajan juntos

Brandon Seminatore nació prematuro y pudo salir adelante gracias a la intervención médica. En especial la de Vilma Wong.

Le salvó la vida cuando era un bebé y ahora trabajan juntos
Hoy trabajan hombro a hombro en el mismo equipo, ayudando a que otros niños puedan salir adelante\u002E

Brandon Seminatore nació en 1990, tenía solo 28 semanas y pudo sobrevivir gracias al arduo trabajo del personal del hospital para niños Lucile Packard de Palo Alto (California, Estados Unidos). La enfermera que más cuidó de él fue Vilma Wong. 

Hoy, 28 años después, aquel pequeño seismesino se recibió de Pediatra y está realizando su residencia en el hospital que lo vio nacer.

Wong, que ya tiene 54 años, continúa trabajando en el hospital y pudo reconocer a su expaciente cuando lo cruzó en un pasillo. El reencuentro fue de lo más emotivo, ya que el joven había escuchado mucho sobre su "salvadora", pero no la conocía.

Esta conmovedora historia de vida fue compartida en el Facebook del hospital y llamó la atención de los medios de Estados Unidos y los de todo el mundo.

A chance encounter at Lucile Packard Children’s Hospital Stanford has led to a heart-warming reunion between nurse and...

Posted by Stanford Children's Health - Lucile Packard Children's Hospital Stanford on Wednesday, August 15, 2018

"Brandon, uno de nuestros pediatras residentes, nació hace 28 años en el hospital con solo 28 semanas (seis meses y medio de gestación). Vilma fue su principal enfermera. Casi 30 años después, Vilma reconoció su nombre mientras hacía una ronda por el hospital", cuenta la publicación que ilustra la foto del antes y después de esta linda amistad.

"Brandon estaba en mi equipo cuidando a uno de mis pacientes. Le pregunté quién era y su apellido me resultó muy familiar. Seguí preguntándole cosas, como de dónde era. Me dijo que era de San José y que había nacido prematuro en este hospital", contó la enfermera y continuó: "Recordaba haber atendido a un bebé con el mismo apellido. Para confirmar mis sospechas, le pregunté si su padre era policía. Entonces hubo un gran silencio y él me preguntó si yo era Vilma. Y dije que sí".

Por su parte, Brandon asegura que "conocer a Vilma ha sido una experiencia surrealista", ya que destaca que se preocupa por sus pacientes "hasta el punto de recordar sus nombres tres décadas después".