La pandemia de coronavirus es prácticamente lo único de lo que se habla en los medios de comunicación y en el interior de los hogares. No es para menos: a causa de la enfermedad, ya murieron más de 16 mil personas en todo el mundo. Según expertos en sexualidad, este hecho genera tal angustia que hace caer el deseo sexual.
Andrés Rascovky, médico psicoanalista, ex presidente de APA, dijo a Clarín que "hoy el sexo es un tema que no está en un primer plano. Qué paradoja, estamos aterrados y no se produce un clima que invite al amor. Creo que por la angustia reinante, se está produciendo una abstinencia generalizada".
Y añadió: "La cuarentena obligada nos fuerza a estar más con el otro o la otra y esa situación casi que obliga a buscar más tiempo para compartir sexualmente. Pero insisto, si bien es una oportunidad que ofrece esta pandemia, la cabeza juega su partido aparte y a veces el erotismo no se hace presente".
Por otro lado, esta pandemia trae nuevas formas de relacionarse con el sexo, especialmente para personas que no comparten la cuarentena en el mismo espacio que su pareja: "Sacando las parejas estables bajo el mismo techo, todo lo demás está clausurado. Nada de poliamor, bigamia, swingers. Serán tiempos de diálogos eróticos, de intercambio de fotos cachondas, de juegos masturbatorios por Internet o por Whatsapp, lo que sería el ideal para las parejas que no conviven o para quienes buscan relaciones ocasionales".
En ese sentido, la masturbación también podría cobrar un rol más importante. De acuerdo a la psicoanalista Gabriela Goldstein, "por un lado, en una primera impresión, podría decir que crecerían exponencialmente, pero en momentos como los actuales, en la que estamos atravesando una necesidad de autoconservación ante un enemigo difícil de imaginar, es probable que se reduzca la necesidad sexual".
Además, aseguró que "es algo natural, necesario y válido poder mantener algún tipo de relación sexual, pero todo es muy prematuro, es difícil sacar conclusiones, estamos agazapados, atravesando una angustia que atenta contra el deseo sexual. Y otras veces podría suceder lo contrario y lo relanza. Depende de cada caso puntual".
En la misma línea, el sexólogo Adrián Helien consideró que "este tiempo de aislamiento puede ser productivo para esas parejas estables, que conviven y comparten un saludable erotismo, ya que encontraron más frecuencia para encontrarse. A la vez, agudizará los problemas que ya tenían aquellas parejas que no venían teniendo esa armonía necesaria para intimar".
Según estos tres expertos, aún no es posible determinar con certeza cuáles serán los efectos de la pandemia en el sexo, y en parte depende de cada pareja. Sin embargo, es evidente que la angustia que provoca la situación lleva a una clara baja del deseo sexual en algunos casos.