La nueva tendencia gastronómica que usa oro en la comida: un capricho que le cuesta caro al planeta

TikTok e Instagram se llenaron de influencers que van a degustar estos exóticos platos a los restaurantes más caros del mundo. ¿A qué sabe? ¿Es dañino para la salud? ¿Cómo se fabrica?

Una nueva tendencia internacional
Una nueva tendencia internacional Foto: Instagram

Miles de likes y millones de reproducciones: el oro en la comida es objeto de atención en las redes sociales. Estamos hablando de platos lujosos, exóticos, excéntricos y obviamente, carísimos al que solo podemos acceder si es a través de una pantalla.

Influencers de todo el mundo van detrás de este ingrediente, recorriendo cada uno de los restaurantes donde se encuentran. El más famoso es el Nusr-Et, que está a cargo del famoso chef Salt Bae.

Ubicado en Dubai, tiene una sección de su menú que es “golden”. En ella se encuentran todas comidas recubiertas por láminas de oro. El chuletón de carne cuesta alrededor de 1000€ que son unos 206.208 pesos argentinos aproximadamente.

Salt Bae, el cocinero más famoso del mundo, tiene un menú "golden" con platos recubiertos de oro.
Salt Bae, el cocinero más famoso del mundo, tiene un menú "golden" con platos recubiertos de oro. Foto: Instagram

Llega a la mesa como un espectáculo, rodeado de humo, es cortado en fetas por el mozo y degustado en el momento por cada uno de los comensales. Si bien esta es la estrella del lugar, hay otros platos de este estilo: sushi, hamburguesas, bifes y pescados.

Desde la cocina de Nusr-Et se escucharon voces que protestan por las largas jornadas de trabajo y la poca remuneración que recibe todo el personal, a pesar de ser uno de los restaurantes más caros del mundo. Un chef recibe entre £12.00 y £13.50 por hora , a pesar de los asombrosos precios del menú que por pedido superan abismalmente este monto. La ganancia es exclusiva para su dueño, mientras que quienes hacen funcionar el lugar, reciben menos que migajas.

Este negocio no es exclusivo. Actualmente el reconocido cantante puertorriqueño, Bad Bunny, abrió su propio restaurante en Miami y ofrece una carta muy similar. Es un espacio especializado en steakhouse japonés ambientado como un boliche con luces tenues y reggaetón sonando muy alto.

En la línea de productos bañados en oro, los más elegidos son los niguiris de salmón.

Comer oro, la nueva tendencia gastronómica internacional
Comer oro, la nueva tendencia gastronómica internacional Foto: Instagram

No solo vale para lo salado, exite touna linea de productos dulces que están diseñados de esta forma.

El oro comestible tiene una enorme variedad de texturas posibles: hay láminas (pan de oro se denomina también, como en el arte), copos, polvo e incluso podemos encontrarlo en spray.

Esta moda comienza a ser conocida bajo el nombre de “dieta dorada”, pero no tiene nada de nuevo. El consumo de oro data mucho antes. Fue degustado por los alquimistas medievales, los egipcios faraónicos y los estetas victorianos para ostentar y mostrar todo su poder.

Un capricho que le sale caro al ambiente

Como reconocen tanto chefs, como comensales, la ingesta de oro no tiene sabor alguno. Es un producto inocuo e insípido. Su textura se funde en el paladar y es casi imperceptible. Por tanto, su única función es estética. Es hacer aun más ostentoso un producto alimenticio.

El oro comestible es un sucedáneo sin cobre, catalogado como aditivo o colorante. Su nombre técnico es E-175. Sus efectos fueron evaluados por primera vez en 1975 y, recientemente, en 2016 y se descubrió que no aporta nada al organismo, ni siquiera llega a descomponerse. Es decir que tal cual se come, se excreta.

Este capricho de los millonarios de todo el mundo, se sale caro al planeta y a los habitantes que viven cerca de las minas en las cuales se consigue este producto.

La forma de extracción del oro genera graves efectos en la tierra y las poblaciones. El uso desmedido de agua provoca enormes sequías y además, se profundiza la contaminación de ríos y suelos por la vertiente de grandes cantidades de cianuro que se utilizan en el proceso.

Se vuelve necesario preguntar, si esta “moda” viral que junta millones de likes y genera ganancias exorbitantes solo para “ostentar” el poder de un sector de la sociedad, vale el sufrimiento de decenas de personas que se ven afectadas con la extracción de este material que además daña profundamente ecosistemas enteros.