Se dice que es el desayuno, es la comida más importante y preferida, pero según una encuesta privada, en el país hay otra preferencia. Una de las teorías de la nutrición sostiene que el desayuno es la comida más fundamental del día, sin embargo, para los argentinos esto no es tan así y no muchos tienen el hábito de tener un buen desayuno, ya que la rutina diaria altera los buenos hábitos alimenticios.
La consultora Shopapp, en una encuesta privada “en Argentina, el desayuno empata con el almuerzo en la percepción de importancia” y “a pesar de ser percibida como la comida más importante por el 38% de los 1000 encuestados, solo el 51% desayuna todos los días”.
Según el estudio, entre las dificultades para la primera comida del día, además de los que tienen problemas económicos para hacerlo, aparece la de “levantarse más tarde y no tener tiempo para prepararlo”.
Hay cuatro alimentos favoritos, según esta encuesta, la mayoría de los argentinos para las primeras comidas del día y son pan, mermelada, queso untable y galletitas dulces. Por el lado de las bebidas, también hay cuatro infaltables y son café, mate, té y leche.
Para 4 de cada 10 argentinos encuestados, el desayuno es la comida más importante, pero solo un 51% desayuna todos los días y el número es aún más bajo en la población de entre 19 y 29 años y en niveles socioeconómicos bajos.
La cena es por excelencia la comida preferida de los argentinos:
La comida más optada por las personas de nuestro país es ni más ni menos que la cena. El 64% de las personas que respondieron a la encuesta cenan todos los días, el 61% almuerza y solo el 34% merienda.
En este estudio también aparecen muchas diferencias en el consumo en base al nivel socioeconómico de los pobladores. En el caso de quienes corresponden a los sectores más altos, aparece el consumo de alimentos más nutritivos y menos económicos como yogur, avena y cereales, mientras que en los niveles más bajos, las galletitas dulces, saladas, facturas, alfajores y pan.
¿Dónde come la gente?
El 86% declara que lo hace en su hogar, pero un 11% desayuna en el trabajo, especialmente los de niveles socioeconómicos bajos y las personas entre 30 y 49 años.