No caben dudas acerca de que el helado es uno de los mejores inventos que la humanidad ha creado. Ya sea de agua o de crema, su exquisito sabor alegra el corazón y el paladar de quien lo saborea; un postre infalible que no puede faltar en la vida de nadie.
Su origen se remonta mucho tiempo atrás, al menos 3.000 años en Oriente. Los libros aseguran que fueron los chinos los responsable. Ellos preparaban una pasta de leche de arroz mezclada con nieve para su mejor conservación, lo que derivó en una forma primitiva de helado.
Si bien este postre es famoso en el mundo, los argentinos tienen el privilegio de disfrutarlo con su sabor de dulce de leche, ya sea con bombones, granizado, con nuez y un sin fin de opciones que provocan una fiesta en la boca.
¿Cómo preparar helado de dulce de leche en casa?
Ingredientes:
- 1 pote de dulce de leche (400 g)
- 2 tazas de crema de leche
- 1 taza de leche entera
- 1 cucharadita de esencia de vainilla
- 1/2 taza de azúcar
- Una pizca de sal
Preparación:
- En un recipiente grande, combinar la crema de leche, la leche entera y el azúcar. Mezclá bien hasta que el azúcar se disuelva por completo.
- Agregar el pote de dulce de leche a la mezcla anterior. Batir a baja velocidad hasta que todos los ingredientes estén completamente integrados.
- Agregar la esencia de vainilla y una pizca de sal a la mezcla. La vainilla realzará el sabor y la sal equilibrará la dulzura.
- Cubrir el recipiente con film transparente y refrigerar durante al menos 2 horas o hasta que la mezcla esté bien fría. Esto ayudará a que el helado tenga una textura más cremosa.
- Verter la mezcla en un recipiente hermético y colócalo en el freezer. Cada 30 minutos, revuelve con un tenedor para romper los cristales de hielo. Repetir este proceso durante aproximadamente 3-4 horas hasta que el helado esté listo.
- Cuando el helado tenga la consistencia deseada, servir en cucuruchos o tazas. Podés decorarlo con trozos de dulce de leche o nueces caramelizadas si lo deseás.