La historia de las DRF, las pastillas que más resistieron los embates del tiempo en los kioscos argentinos

Desde 1914 están posicionadas como las pastillas más reconocidas de nuestro país y, para muchos, se fueron convirtiendo en una golosina de culto. ¿A qué le deben su nombre?

La historia de las DRF, las pastillas que más resistieron los embates del tiempo en los kioscos argentinos
La historia de las pastillas que reinan en los kioscos argentinos desde 1914.

En la cartera de la dama o en el bolsillo del caballero, desde 1914, siempre estuvo presente el cilindro (verde, azul, amarillo, naranja o rojo) con caramelos refrescantes. Se trata de las D.R.F, un clásico de los kioscos argentinos y de nuestra cultura que, a más de un siglo de su lanzamiento, sigue siendo líder histórico en pastillas comprimidas.

LA HISTORIA DE LAS PASTILLAS D.R.F

Detrás de la famosa sigla se esconde la historia de un hombre que con una ocurrencia conquistó el mercado local, los paladares y los hábitos de la mayoría de los argentinos. Fue Darío Rodríguez de la Fuente quien en 1914 comenzó a producir 100% de manera artesanal unas exquisitas pastillas de menta que bautizó con las iniciales de su nombre.

El origen del nombre de una de las golosinas más consumidas a lo largo de la historia.
El origen del nombre de una de las golosinas más consumidas a lo largo de la historia.

En un principio éstas solo se vendían en farmacias, pero cuando los clientes comenzaron a probarlas -y volver a elegirlas por su frescura y su practicidad - el trabajo de Rodríguez de la Fuente llegó a los kioscos y de ahí a la masividad.

Como la producción artesanal dejó de ser suficiente, de la Fuente necesitó de una mano más grande para producirlas en serie y a gran escala.

Para llegar a mayor cantidad de kioscos, el creador de las pastillas le entregó a una empresa inglesa la producción masiva. En un principio, la empresa las entregaba a granel en latas que, posteriormente, eran fraccionadas y envasadas sin salir de la Argentina.

Hacia 1968, bajo el ala de Molinos Río de la Plata, las DRF ya eran fabricadas en una planta abocada a la producción de caramelos duros, blandos y chicles. Doce años después, se centralizó la producción en una sola planta en la localidad bonarense de General Las Heras (Ruta 40. Kilómetro 67.200).

Según relatan en el diario bonaerense La Voz de Las Heras, la empresa de Darío Rodríguez de la Fuente se fue instalando en lo que fue la vieja usina láctea Denak Bat, empresa que competía mano a mano con La Serenísima y de la que sólo quedó el recuerdo.

Sin embargo, en 2014, cuando se estaban cumpliendo 100 años de la creación de la marca, Mondelez (ex Kraft) decidió comprarle el negocio.

Si bien cambió de manos varias veces, las DRF nunca cambiaron de nombre. Y mucho menos de sabor y calidad. Actualmente, las variedades disponibles en kioscos son Menta, Anís, Mentol, Naranja y Limón, cada uno representado por un color específico.