Un mozo de 40 años de trayectoria enumeró algunos de los detalles que cualquier colega suyo debe tener en cuenta a la hora de atender a un cliente para que este se vaya y contento, sobre todo, vuelva.
“Primero y principal, la presentación en la mesa: ¿qué tal? buenas noches ¿cómo le va? Y convencerlo de lo que le vas a vender”, comenzó el hombre.
Otro de los puntos que recomendó tener en cuenta es “ver cómo está la mesa, el ambiente”. “Eso se nota”, aseguró y agregó que para saberlo es suficiente ver la respuesta de los comensales a un saludo gentil.
“Los domingos, por ejemplo, día de familia. Si ves que un “marido” entró solo y cerró la puerta, significa que hay algo que no está bien”, dijo. Entonces, para él, la mejor actitud es “dejar la carta y retirarse”.
Y, caso contrario, reconoció que “cuando el cliente te dejó entrar” ahí “le vendés lo que querés”. “Pero el que sabe, es él que es mozo: yo soy mozo y cocinero y sé lo que te ofrezco. No todos son mozos: camarero es una cosa, mesero es otra... Yo soy mozo”, enfatizó.
También aseguró que en buenas épocas llegó a llevarse 35 mil pesos por día de propina. Dijo que la propina depende de la habilidad del mozo. “Si no sos bueno, no te vas a llevar nada”, subrayó.