Cupcakes, muffins o magadalenas, no importa cómo se las llame, son una opción fácil de hacer con y para los más chicos de la casa. Pero, para los amantes de la perfección, cualquier falla en su elaboración puede lograr que esta alternativa para la merienda se vuelva un completo fracaso. A continuación, algunos trucos para prepararlos:
No batir de más. Lo correcto es hacerlo en velocidad baja hasta lograr que todos los ingredientes se incorporen, obteniendo una masa homogénea, si se bate por mucho tiempo, se aplastan las burbujas de aire que ayudan a que los cupcakes queden esponjosos.
No desbordar los moldes: al momento de verter la mezcla sobre los moldes es necesario vigilar la cantidad. Lo ideal es completar 3/4 para obtener del espacio para lograr que todos los cupcakes salgan parejos.
El horno, aliado importante. Otro aspecto crucial es la temperatura del horno. Esta debe ser media y constante. Si es muy baja, quedarían secos y si es muy alta, podrían quemarse.
Una bandeja a la vez. Para evitar que se horneen de manera dispar, no lleves al horno en una sola tanda todos los cupcakes que hayas hecho. Mejor distribuilos en varias bandejas.
Al momento de jugar con los sabores es preciso que busques un equilibrio entre la base y la cubierta, trata de que ambas no sean igual de dulces, para que no resulten empalagosos.
