Cómo hacer vida social sin descuidar la dieta

Una dieta sana solo va a dar buenos resultados si se la complementa con lo que le hace bien al corazón... y la cabeza.

Cómo hacer vida social sin descuidar la dieta
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La dieta y la vida social parecen ser no muy buenos amigos. Los encuentros, frecuentemente, suelen tener pizzas, empanadas, asados o platos calóricos como protagonistas en la mesa y eso nos obliga a pensar: “¿Y yo qué como?” o “no sé si ir a la cena”.

Hay que tener en cuenta que la vida social es buena para la salud y que no por estar a dieta debemos apartarnos o sentirnos incómodos mientras compartimos el rato. Tampoco se trata de comer sin control porque sea un día diferente. Existe la falsa asociación de que comer fuera de casa es sinónimo de comer mal o en cantidad. Y para derribar ese mito debemos reparar en algunos aspectos para luego aplicarlos.

- Moderación. Es real que la comida de restaurante es más calórica que la que comemos en casa. Suele estar más condimentada y contener más grasas. Por eso, debemos procurar medir las porciones y comer moderado.

- Saber elegir. La carta nos ofrece un numeroso listado de platos y tenemos que elegir de manera inteligente. Por ejemplo, una buena opción es descartar las pastas, las papas y las salsas y, en cambio, pedir ensalada con carnes rojas o pescado.

- Evitar el pan. Si ya sabemos que vamos a ingerir más calorías que en una comida habitual, procuremos optar por no acompañar el plato con pan ni tentarnos en el appeteizer.

- Comer despacio. Está comprobado que si comemos lento y masticamos más, generamos mayor sensación de saciedad.

- Que nadie sepa que estás a dieta. Esto lo único que va a generar es la sensación de que nos controlan.

- Evitar el alcohol y las bebidas azucaradas. Solo aportan calorías vacías y podemos disfrutar con una copa de agua.

- Compensar. Si sabemos que a la noche vamos a cenar afuera, debemos considerar un almuerzo liviano.

- Evitar el postre. Podemos prescindir totalmente de él y, en cambio, tomar un café tras la comida.

Así como decidimos tener una dieta equilibrada y hacer ejercicio porque sabemos que es saludable, también debemos reparar en que los encuentros sociales también hacen bien, por lo que no debemos evitarlos pero sí siempre mantener el control.