Si algo se puede afirmar de Calu Rivero sin lugar a dudas es que la actriz y modelo sabe cómo destacarse. A diario, miles de seguidores siguen sus publicaciones sobre lifestyle, novedades de su vida cotidiana y consejos de bienestar, los cuales le ganan docenas de elogios, aunque también está la usual crítica de aquellos que no comparten sus filosofías de vida.
Una de las características de Calu tiene que ver con su conexión con la naturaleza, y su casa no está exenta de este requisito. Su hogar en José Ignacio, Uruguay, es 100% eco-friendly y combina a la perfección la comodidad con el contacto con el exterior.
La mansión fue diseñada por ella y es sustentable. En un reportaje para la revista Hola!, la actriz contó que la idea de tener una casa en Uruguay la tenía desde 2015 y como es una defensora de las causas medioambientales, ella quiso que sea “eco-friendly”.
"Acepté mostrar mi casa porque quiero que se conozcan nuevas formas de vivir. Eso, básicamente me impulsó a hacerlo, porque en general soy bastante reservada con mi intimidad. Pero me gusta generar otras conversaciones y hace rato me está dando vueltas en la cabeza que tenemos que mejorar nuestros hábitos, ocupar menos espacio y ser conscientes de cuál es nuestro lugar en el Universo", explicó.
Cómo es la casa de Calu Rivero en Uruguay
La casa tiene ventanas tanto en el techo y en las paredes, para lograr una mayor iluminación natural y una ventilación cruzada, que permite bajar la temperatura del hogar sin aumentar el consumo eléctrico. Además, en la entrada tiene una fuente con agua.
“Lo saqué de mi viaje a Haití y me pareció una muy buena idea. Dormía en carpas y antes de entrar, tenías que lavarte en dos fuentones: uno para la cara y los dientes y otro para los pies. Es una manera de sacarse los zapatos afuera y andar descalzo por la casa”, contó la actriz.
"La casa sigue en construcción como todas las obras, siempre tarda más de lo que uno espera, pero a mí me detiene para habitarla", advirtió la joven.
Sobre la elección del terreno, ella dice que se acuerda perfectamente del momento cuando lo vio: “Me paré frente a la laguna y miré el espacio, con esa cantidad de árboles, la arena, el agua. Me pareció una combinación de elementos bellos que hicieron que yo lo sintiera con una energía especial. Ese día, el sol pegaba de una manera ideal. Por eso también llamé a la casa ‘Corazonada’, porque dije: ‘Es este lugar, no hay forma de que sea otro’”, recordó.
La casa de 145 m2 se construyó en solo tres meses, dado que se realizó a partir de módulos. La madera utilizada se obtuvo en forma sustentable, y proviene de plantaciones forestales certificadas.
La casa tiene dos cuartos con sus respectivos baños y una sala de estar. La cocina se encuentra integrada. La mesa del comedor, al igual que los muebles exteriores, fueron fabricados por un amigo de la familia.