No es novedad que, durante siglos, la astrología fue un tópico de gran interés y que las nuevas generación, tanto la millenial como la Z demostraron estar altamente intrigados por todos los elementos e historia que la rodean. Tal es así que actualmente, muchos asocian sucesos personales y ajenos como los sociales o de entretenimiento a las diferentes temporadas de los signos del zodiacales, mercurio retrógrado y eclipses.
Hace pocos días, más específicamente, el 21 de junio inició la temporada de cáncer la cual durará hasta el 22 de julio. Durante dicho plazo de tiempo se podrá intuir y apreciar una energía sensible, protectora y amorosa ya que el signo de agua tiende a cuidar, nutrir, recordar y crear nuevas memorias, y experiencias.
El impacto de la temporada de Cáncer durante su tránsito
La energía de Cáncer entiende y cuida a los más vulnerables, pero también habilita el crecimiento de proyectos y aprendizajes. Por eso, se dice que Júpiter, el planeta de la abundancia, se siente más cómodo en este signo que en ningún otro, es decir que se exalta en Cáncer.
Al ser un signo de agua regido por la Luna es importante comprender que cuando no está bien integrado, puede ser inconsistente y experimentar cambios de ánimo bruscos. Cáncer suele sentir con tal intensidad al punto de tener dificultad a la hora de controlarlo.
En cuanto a la arista emocional, los sentimientos pueden interferir en cada ámbito de su vida por lo que aquellas personas que son de Cáncer o tienen el signo en su tabla pueden tender a la inmadurez y al capricho. Bien trabajado, es un signo extremadamente tierno y compasivo.
Las energías zodiacales más beneficiadas son la de Cáncer y de los otros signos de agua como Escorpio y Piscis, así como las de aquellos con los que dicho signo hace sextiles: Tauro y Virgo. Por otra parte, los otros signos cardinales (Aries, Libra y Capricornio) estarán en aspectos inarmónicos: cuadraturas en el caso de los dos primeros, y oposición en el caso del último. Esto no es necesariamente negativo.
De hecho, nos invita a integrar una energía incómoda y cataliza la acción. Muchas veces, la incomodidad nos marca por dónde iniciar un posible cambio para mejorar nuestras vidas.