Fue el 25 de noviembre de 2013 que con la muerte Ricardo Fort, Gustavo Martínez su expareja, pasaría a ser el tutor de los mellizos Martita y Felipe Fort, quienes en ese momento tenían tan solo nueve años.
Gustavo era personal trainer y tuvo un romance con el chocolatero cuando este rondaba los 30 años. Aunque proyectaban formar una familia, a los seis años se separaron. Sin embargo, Ricardo se convirtió en padre y él de algún modo continuó con ese legado.
“El poder se hizo en 2010, donde dice que soy el tutor legal de los chicos hasta que cumplan 18 años”, expresó conmocionado cuando murió Ricardo y agregó: “Quiero que lo recuerden como un buen tipo, con sus defectos y errores. Entiendan que fue una persona generosa, siempre quiso ser artista, estaba orgulloso de lo que hacía. A mí me llenó de felicidad, me hizo tener una familia hermosa y con él compartí los mejores años de mi vida”.
Los hijos del empresario siempre manifestaron su amor hacia Martínez. “Mi papá es Ricardo Fort y después tengo a Gustavo y a Marisa que nos cuidan. Otra persona no me interesa. No hace falta la genética para ser familia”, dijo Martita Fort cuando era pequeña.
Siempre dijo sentirse conectado con el mediático incluso después de su partida. “Ricardo fue una de las personas que más quise y creo que él también me quiso”, expresó. Incluso relató que podía verlo: “Me acuerdo una vez que fui a un dormitorio enorme donde él tenía de todo y no se escuchaba nada, pero de repente sentí ruidos fuertes. En ese momento vi una imagen de Ricardo”.
La próxima semana, los mellizos cumplirán 18 años. Tras el desenlace fatal, Felipe indicó que su tutor se encontraba deprimido porque se finalizaría la custodia legal a causa de la mayoría de edad.