La historia de Máxima Zorreguieta, actual reina de los Países Bajos, bien podría ser la premisa de un fascinante libro o una serie, como es el caso de la nueva producción de Max. El comienzo se da en las calles del barrio porteño de Recoleta en Buenos Aires, Argentina, pero ahora el escenario es distinto: la realeza Europea.
Es que, antes de llegar a ocupar un lugar destacado en el mapa político mundial, Máxima llevaba una vida como plebeya que nunca imaginó la llevaría a convertirse en miembro de la realeza. Esos años formativos aún guardan secretos que muchos no conocen.
Los orígenes de Máxima, la reina de Países Bajos
Hija de Jorge Zorreguieta, quien fue Secretario de Agricultura de la Nación Argentina durante el mandato de facto de Jorge Rafael Videla, y de María del Carmen Cerruti, Máxima creció en un departamento de 120 metros cuadrados en el barrio de Recoleta, muy lejos de las hectáreas de terreno de los palacios que hoy frecuenta. Su trayectoria académica temprana la llevó a destacarse en el Colegio Northlands, donde demostró su habilidad y dedicación en sus estudios.
Los recuerdos de quienes la conocieron desde pequeña describen a Máxima en su infancia como una niña feliz, apasionada por el esquí y fanática de la serie “La casa de la pradera”. Su talento en la cocina, especialmente en repostería, conquistaba los paladares de aquellos que probaban sus delicias.
No obstante, su adolescencia estuvo marcada por decisiones cuestionables que su madre tomó en cuanto a su apariencia física. Máxima fue sometida a dietas sumamente estrictas y a la obligación de hacer deporte para perder peso, lo que dejó una huella amarga en su vida.
Una vida laboral plena y el salto a Europa
En cuanto a su formación académica, Máxima continuó su camino en la Universidad Católica Argentina, donde se graduó en Economía en 1988. Mientras estudiaba, se desempeñó en un trabajo de investigación en el mercado financiero en Mercado Abierto S.A. y también impartía clases particulares de inglés.
Su carrera profesional dio un salto significativo cuando en 1996 se unió a HSBC James Capel INC, trasladándose a Nueva York para ocupar el cargo de vicepresidenta del departamento de Ventas Institucionales en América Latina. Posteriormente, trabajó en Dresdner Kleinwort Benson antes de recalar en Deutsche Bank, donde siguió desempeñando el puesto de Ventas Institucionales, primero en Nueva York y luego en Bruselas.
El destino cambió por completo cuando en la Feria de Abril de Sevilla en 1999, Máxima conoció al entonces príncipe Guillermo Alejandro de Orange, marcando el inicio de una historia de amor que parecía sacada de un cuento de hadas. Dos años de noviazgo bastaron para que la pareja decidiera unirse en matrimonio, desafiando todas las miradas críticas y convirtiéndose en inseparables.
El 2 de febrero de este año, Máxima y Guillermo Alejandro celebraron 22 años de matrimonio, y la historia de la joven argentina plebeya que conquistó el corazón de un príncipe se ha convertido en una realidad mágica que la lleva a ocupar un lugar destacado en la realeza de Países Bajos.