El futuro del IFE, entre las urgencias post cuarentena, los límites presupuestarios y las presiones políticas

El Gobierno avanza con las gestiones para extender el Ingreso Familiar de Emergencia, aunque con un formato más focalizado.

Ingreso Familiar de Emergencia (IFE)
Ingreso Familiar de Emergencia (IFE)

El presidente Alberto Fernández instruyó a sus funcionarios a trabajar en un plan de acción para afrontar los daños colaterales que provocó la crisis del coronavirus y esas gestiones incluyen el rediseño del Ingreso Familiar de Emergencia (IFE), que se definirá con un criterio más minucioso y según las limitaciones presupuestarias.

Los encargados del trazo fino son el jefe de Gabinete, Santiago Cafiero, los ministros de Economía, Martín Guzmán, y de Desarrollo Social, Daniel Arroyo, y la titular de la Administración Nacional de la Seguridad Social (Anses), Fernanda Raverta.

En esa mesa se discute el nuevo "alcance, el monto y la continuidad del IFE", según indicaron fuentes consultadas por este diario. Aclararon, además, que el programa que se puso en marcha durante la cuarentena es solamente un punto de partida y que podría mutar a otro esquema de asistencia.

“Se están analizando un montón de instrumentos. Entonces, a lo mejor lo del IFE se transforma en una renta básica, pero todo dependerá del margen fiscal”, confió una fuente con acceso a las deliberaciones.

Ya no se analiza solamente la situación epidemiológica, por la que hasta el momento el IFE se mantendrá para las regiones más afectadas por el Covid-19 y con niveles más estrictos de cuarentena como el Área Metropolitana de Buenos Aires (AMBA), Chaco y una parte de Río Negro y Neuquén, sino que ahora se piensa en un formato que permita sostener a los últimos en la fila de la recuperación económica.

"Está claro que hay una decisión política de sostenerlo, de alguna manera. ¿Cuál es el instrumento exacto? No está claro. ¿A cuánta gente va a alcanzar? No está claro. ¿Va a ser escalonado? No está claro. Todo eso está en discusión y tiene que ver, en buena medida, con lo fiscal", indicaron desde la Casa Rosada.

Pero además, otro elemento comenzó a instalarse en el tablero de esas discusiones y tiene que ver con la convivencia política: es que muchos gobernadores, como el cordobés Juan Schiaretti, empezaron impulsar sus reclamos para que el IFE se convierta en un ingreso familiar.

En principio, ese pedido no coincide con el bosquejo del Gobierno nacional donde se planteó que la asistencia continuaría solamente para un tercio del total de los beneficiarios que hasta ahora cobraron el IFE, es decir, unas 3 millones de personas.

"Hay fichas que tienen que ir acomodándose", dicen cerca de Alberto Fernández para tratar de calmar la ansiedad en torno al futuro del IFE. Es que entre esas variables se contempla desde la cuestión de la aún irresuelta negociación de la deuda, que condiciona el acceso al mercado para buscar financiamiento, hasta el desenlace que tendrá el tratamiento del proyecto que impulsa el Frente de Todos para crear, por única vez, un impuesto a las grandes fortunas.

Existen algunas certezas frente a la incertidumbre que instaló el Covid-19. "Está aumentando la pobreza, está aumentando la desigualdad y el dato más crítico es que antes de la pandemia teníamos 8 millones de personas que recibían asistencia alimentaria y pasamos a 11 millones de personas", señaló días atrás el ministro Arroyo, durante una entrevista con el diario La Voz.

Esa es la foto que justifica las múltiples reuniones en la Casa Rosada porque, se sabe, que hay sectores que necesitarán sí o sí de una asistencia para acoplarse al rumbo escalonado que tendrá la reactivación económica, sobre todo, si persiste el factor de la imprevisibilidad asociado con el coronavirus.

“Si se desagrega por población de cada provincia, el IFE llegó más a las provincias más rezagadas y que tienen mayores índices de pobreza y desigualdad, y menores recursos provinciales”, indicó un estudio de la Universidad Nacional de Avellaneda (Undav).

El tercer pago

Por lo pronto, la Anses continúa con la distribución de la segunda partida del IFE, que contempla un pago de 10.000 pesos para alrededor de 9 millones de personas, y evalúa, aún sin definiciones, cómo será la tercera entrega en aquellas zonas donde se mantiene el esquema de aislamiento social para tratar de moderar la circulación del Covid-19.

“"Todavía no están demarcadas las zonas, lo que se planteó es que sean para las zonas donde hay circulación comunitaria sostenida en el tiempo", aclaró Cafiero, quien remarcó que “la idea es que la ayuda estatal llegue a los lugares donde no se han podido reanudar actividades económicas".

En la Anses explicaron que aún no hubo definiciones porque ”la pandemia es una variable móvil, pero no es la única que se toma en cuenta en el estudio que se está llevando adelante”.