Era conocida como la “Kim Kardashian” mexicana. Si bien nació en California, empezó su carrera como modelo a los 17 años apareciendo en revistas de moda locales, y la mayoría de los seguidores que fue acumulando eran de centroamérica. Su muerte fue manejada tan cuidadosamente que la noticia recién trascendió en el día de la fecha, cuando en realidad falleció el 7 de diciembre en Colombia.
Nadie de su familia brindó información alguna. La única prueba de esta noticia es la ceremonia religiosa difundida por la agencia funeraria Akes Family Funeral Home, ubicada en Riverside, California, a una hora de Newport Beach, donde residía la modelo. Prendas de lujo, una silueta escultural, maquillaje de primer nivel y todos los tips de belleza eran algunas de las cosas que Joselyn compartía respecto a su estilo de vida.
La modelo perdió la vida a los 30 años y su servicio funerario fue compartido en internet. “Se veía tan bien, guauuu, oraciones a su familia. Ella era tan dulce”, escribió su amiga y colega Lira Mercer en su cuenta de Twitter. En el video del velorio se oye la frase del sacerdote: “Voy a ir a platicar un momentito con el cuerpo de nuestra hermana Joselyn y damos inicio a la santa misa”.
Según la periodista Nelssie Carrillo, la modelo falleció tras una mala praxis. Tuvo una intervención quirúrgica de “levantamiento” glúteos (extraer grasa de alguna parte del cuerpo y transferirla a la zona glútea) donde se puede inferir que hubo complicaciones con la anestesia. Sus seguidores quedaron más que consternados con la noticia, sobre todo porque el mismo 7 de diciembre la modelo había subido una historia por la mañana deseándoles a todos un muy buen día.
Según su perfil en LinkedIn, además de influencer y modelo, estudió Microbiología en la Universidad Estatal de San Diego al tiempo que experimentó con el diseño de modas, mechándolos con su actividad en redes sociales, donde promocionaba productos para el cuidado del cuerpo y promovía una vida de ejercicio y bienestar a la par de sus productos.