Desde los cinco años Verona van de Leur dedicó su vida a la gimnasia artística y hasta logró convertirse en un tesoro nacional holandés, reconocida por su destreza deportiva. Pero una lesión detuvo su carrera y, vetada de la casa familiar, pasó dos años sin hogar y en una batalla legal con su padre.
Las cosas empeoraron aún más cuando fue encarcelada, condenada por chantaje en 2011. Ella dice que entonces estuvo a pocos segundos de terminar con su propia vida. Según cuenta, su redención llegó trabajando como actriz porno y ahora, a los 34 años, Van de Leur ha publicado su autobiografía, en la que cuenta detalles de su vida.
Sobre sus decisiones, no tiene arrepentimientos. A propósito de su incursión en la industria del cine para adultos, que dice que dejó el año pasado, explica: "En realidad no me arrepiento porque vivía en las calles… todavía lo haría, así que no lo hago, no me arrepiento, no de la forma en que lo hice, no".
De adolescente y encantada con los Juegos Olímpicos de 1996, se enfocó en competir. Consiguió medallas: la de plata en dos campeonatos, en el Campeonato Mundial y en el Europeo. Además fue nombrada deportista holandesa del año en 2002, justo antes de cumplir 17 años.
Para empezar, a Van de Leur le encantaba la vida de gimnasta. "Es bastante extraño, pero también es divertido, quiero decir: sos una adolescente y todos te están mirando de buena manera, pidiendo un autógrafo, por lo que se siente especial, por supuesto", explica.
"Tus padres están orgullosos, tu familia orgullosa, todos hablan bien de vos. Pero tenés todas las presiones y tenés que tener éxito en la próxima competencia una y otra vez".
Tratar de determinar cuándo las cosas comenzaron a desmoronarse es difícil para Van de Leur. A veces, piensa que podría haber sido tan pronto como a los nueve años cuando comenzó a practicar gimnasia de manera competitiva. Lo que no está en duda es que la espiral descendente comenzó en 2003 después de una lesión. De repente, explica, no tenía nada.
"Si miro hacia atrás, es solo un deporte, un pasatiempo en el que sos buena", dice ella. "Pero en ese momento estaba impreso en mi cabeza 'Esto es lo que eres. Eres solo una gimnasta'. Y para mí no había vida además de eso… Para las personas que me rodeaban, solo era ese robot, solo la gimnasta, y no tenía amigos. Por eso, si tu deporte se está desmoronando, no queda nada, así que tienes un agujero negro".
Van de Leur dice que su desamor con la gimnasia alcanzó su punto máximo en 2008 cuando anunció a los medios de comunicación en el Campeonato de Europa que se estaba alejando del deporte que había definido su vida. Solo tenía 22 años.
Su primera reacción fue la felicidad de que finalmente había terminado, y por una vez sintió que estaba tomando el control de su propia vida. Sin embargo, cuando les dijo a sus padres ellos no estuvieron de acuerdo, preocupados de que le estuviera dando la espalda a su futuro y a ganancias potenciales.
Ella sintó que para ellos "el dinero era más importante que su propia hija". Alrededor de ese tiempo, intentó regresar a la casa familiar pero descubrió que no era bienvenida.
"Probé las cerraduras, tenía una llave porque vivía allí y lo intenté y no funcionó", recordó Van de Leur. "Primero pensé, bueno, debe ser un error, llamaré a casa. No respondieron, no abrieron y luego me di cuenta de que ya no era bienvenida".
Entonces, esa noche durmió en su auto con su novio, primero molesta y luego desconsolada porque su familia la había rechazado. Ella dice: "La última vez que los vi fue en la corte".
Un resumen judicial del caso dice que Van de Leur argumentó que en 2008, su padre, quien actuó como su agente, "retiró un monto de € 9.000 (US$ 9.768) de la cuenta de pago del reclamante sin el consentimiento o conocimiento del reclamante, de los cuales solo una parte para el reclamante fue reembolsada o relacionada con los costos incurridos en nombre del reclamante".
Ella agregó: "Pedí la contabilidad y pregunté dónde estaba mi dinero de patrocinadoresy todo el dinero que obtuve de la gimnasia cuando gané y todo se fue. Lo único era conseguir justicia para ir a la corte, así que eso fue lo que hice".
El resumen de la corte indica que el padre de Van de Leur argumentó que había "incurrido en costos que incluían mover la propiedad personal del reclamante fuera de la casa de su entrenador, comprar regalos para el entrenador y su familia, reemplazar cerraduras en la casa del acusado y quedarse con familia relacionada con posibles amenazas".
Sin embargo, en febrero de 2009, un tribunal de La Haya ordenó a su padre que le pagara € 1.355,89 (US$ 1.471) y le permitió a Van de Leur regresar a su hogar para recuperar una serie de artículos. Reflexionando sobre enfrentar a sus padres en la sala del tribunal, Van de Leur dijo: "Desde el principio, supe que perdí todo y el dinero no recupera a los padres".
Dos años después de la pelea con su familia, ella no tuvo hogar. Durante ese tiempo, Van de Leur fue arrestada por tratar de chantajear a una pareja que tenía una relación extramatrimonial. Fue acusada de extorsión, lo que la llevó a pasar 72 días en prisión. "En ese tiempo, sin hogar, ya no me importaba cómo conseguía dinero para comer", explicó.
"Pero incluso en esa situación, sé que no era mi derecho determinar la ley y, sí, lamento no haber elegido o encontrado otra opción en ese período. Tal vez haya sido bueno para mí que haber sido castigada durante 72 días para darme cuenta de que estaba equivocada, y lo estaba".
Cuando salió de la cárcel, la industria de los adultos —primero como modelo de cámara web y luego haciendo videos con su novio— parecía una buena salida. La pareja sigue junta 13 años después.
"Lo vi como una oportunidad", dijo Van de Leur. "Fue un gran contrato para poder construir algo, comenzar mi negocio. Estaba comenzando como modelo de cámara web. No era contacto físico, por lo que la pantalla de la computadora estaba bien. No estaba acostumbrada a mostrarme desnuda, por supuesto".
La reacción en su país ante su drástico cambio de carrera, dice, fue mixta, pero al estar sin hogar y en la cárcel, Van de Leur vio que su nuevo trabajo le ofrecía un nuevo comienzo.
"No dije en ese momento que vivía en la calle o de dónde venía, pero para mí esto fue en realidad un paso adelante y solo vieron que estaba descendiendo", dijo. "Así que lo tuve en mente, es mi vida, es lo que me gusta hacer y siempre lo vi como un trabajo".
El año pasado Van de Leur regresó al mundo de la gimnasia en el Campeonato Mundial en Stuttgart, donde trabajó como analista para los medios holandeses, pero regresó a casa antes de que el evento terminara.
Mientras reflexiona sobre los diversos giros y vueltas de su vida, Van de Leur dice que desearía haber sido más inteligente a una edad más temprana cuando su carrera de gimnasia estaba despegando.
Sobre todo en estos días, ella quiere abrazar la vida, habiendo estado tan cerca de terminar con todo. Fue en medio de la disputa con su familia, que Van de Leur contó que se dirigió hacia una línea de ferrocarril para suicidarse.
"Fui al tren y solo estaba conté de 10 a cero, perono salté", recordó. "No sé por qué, pero realmente fue el momento en que todo podría haber terminado. Estaba pensando en mi familia que perdí, estaba viviendo en la calle, no tenía nada, nada para comer, ni dinero en mis manos, así que no tenía nada por lo que vivir. Eso era lo que estaba pensando en ese momento, pero cuando el tren terminó de pasar, no sé si algo se rompió. Todavía no sé por qué no salté, estaba llorando y luego me alejé».
Ahora, Van de Leur dice que ese momento le da fuerza y que ha aprendido a "disfrutar cada momento de su vida".