La Sustancia logró revolucionar las salas con un thriller perturbador que mezcla ciencia ficción y body horror de manera magistral. Dirigida por la cineasta francesa Coralie Fargeat, la película captó la atención del público no solo por su trama inquietante, sino también por el trasfondo personal que inspiró su guion.
Lo que pocos saben es que, detrás de esta historia de ficción, se esconde una experiencia real de la directora. En una entrevista con Collider, Fargeat confesó que el concepto de la película nació de una vivencia perturbadora que experimentó al acercarse a los cincuenta años.
“A medida que me aproximaba a los cincuenta, esta sensación se volvió aún más violenta. Me van a borrar. Ese será el final”, reveló la directora. Este temor a la invisibilidad y a la presión social que enfrentan las mujeres con el paso del tiempo fue el motor que la impulsó a crear este manifiesto feminista cargado de simbolismo y violencia.
El manifiesto feminista detrás de “La Sustancia”
Para Fargeat, la película no solo es una obra de entretenimiento, sino una crítica mordaz a la sociedad actual. “La película resultaba para mí una forma de representar de manera poderosa lo que estaba sintiendo dentro de mí y que no podía expresar de otra manera en la vida real”, comentó la directora.
Además, agregó: “Me sorprende que, a la hora de juzgar a las mujeres por su edad o su cuerpo, estemos en el mismo punto que hace muchos años. Quería hacer algo violento, disruptivo y casi político con las herramientas que tengo: el cine”.
La película sigue la historia de Elizabeth Sparkle (interpretada por Demi Moore), una actriz de mediana edad que dejó de tener éxito en su carrera y ahora se desempeña como estrella de programas de ejercicios. Cuando su productora decide reemplazarla por una cara más joven, Elizabeth se desespera y recurre a una misteriosa “sustancia”, un suero que promete rejuvenecer su cuerpo.
Uno de los elementos más intrigantes de La Sustancia es la dualidad entre Elizabeth y su versión más joven, Sue (interpretada por Margaret Qualley). Si bien ambas comparten la misma esencia, la diferencia física y emocional entre ellas es perturbadora. A medida que la transformación avanza, Elizabeth descubre que el precio de su rejuvenecimiento es mucho más alto de lo que esperaba, enfrentando consecuencias devastadoras.
Uno de los elementos más intrigantes de La Sustancia es la dualidad entre Elizabeth y su versión más joven, Sue (interpretada por Margaret Qualley). Si bien ambas comparten la misma esencia, la diferencia física y emocional entre ellas es perturbadora. A medida que la transformación avanza, Elizabeth descubre que el precio de su rejuvenecimiento es mucho más alto de lo que esperaba, enfrentando consecuencias devastadoras.
Con una duración de 2 horas y 20 minutos, La Sustancia supo conquistar tanto a críticos como a espectadores, no solo por su narrativa oscura y atrapante, sino también por la reflexión profunda sobre el envejecimiento, la presión social y la lucha por mantenerse relevante.
