El hecho ocurrió en Perú, cuando Noelia Llantoy, que en aquel entonces tenía 17 años, se enteró de que estaba embarazada. La mujer acudió a un médico ginecólogo para realizarse un control y allí el profesional le confirmó que estaba gestando un feto anencefálico. La terrible noticia llevó a que la mujer le pidiera al Estado permiso para practicarse un aborto, pero fue negado. Hoy, 17 años después le pidieron disculpas públicas.
Llantoy era una adolescente y estaba llevando a término un embarazo de un bebé que nacería sin cerebro (o sin una parte de él) y que moriría a las pocas horas o días de nacido. Además, el especialista le había advertido que no solo la vida del feto corría peligro si continuaba con el embarazo, la de ella también.
El médico le recomendó someterse a un aborto terapéutico en el hospital público en el que estaba atendiéndose, Arzobispo Loayza, en Lima (Perú), pero la joven se encontró con el efusivo rechazo del director de la institución. En aquel momento, su caso se hizo público, aunque se optó por preservar la identidad de la menor llamándola "K.L.".
En enero de 2002, Noelia dio a luz a una niña y cuatro días después la beba falleció.
Con el auge de los movimientos feministas y las leyes que reclaman que el aborto sea seguro, legal y gratuito, la historia de Noelia llegó a la BBC y el Ministerio de Justicia de Perú decidió salir a pedirle disculpas públicas a la mujer.
El aborto terapéutico ya era legal en Perú desde 1924, es decir 77 años antes de que Llantoy lo solicitara, pero en ese momento esta ley no estaba reglamentada. A su vez, el hospital consideró que el aborto de la joven no era terapéutico sino eugenésico (un aborto voluntario cuando se prevé que el feto nacerá con malformaciones), algo que sí es ilegal en el país incaico.
Continuar con esta gestación y dar a luz a una bebé anencefálica afectó gravemente la salud mental de Llantoy y le causó depresión, según los reportes psiquiátricos elaborados antes y después del parto. En diálogo con BBC la mujer reveló que durante toda su experiencia se sintió "juzgada por muchas autoridades" y que recibía "comentarios fuera de lugar por parte de médicos, autoridades".
No es la primera vez que el Estado debe pedir disculpas públicas en Perú por impedir la realización de un aborto. En diciembre de 2018 debió hacerlo con "L.C" una joven a la que no pudieron operar de emergencia de la columna vertebral por estar embarazada y quedó tetrapléjica a los 13 años.