Una orangutana llamada Pony sufrió un escalofriante maltrato animal en Borneo, Indonesia, donde fue esclava sexual durante varios años en un prostíbulo. Para que se parezca a una mujer, la depilaban, maquillaban y la vestían con ropa. Además, le adornaban su cuello y sus orejas con joyas para excitar a los clientes que requerían sus servicios.
El calvario de Pony finalizó en 2003 cuando 35 policías armados ingresaron al prostíbulo para rescatarla luego de muchas denuncias de organizaciones de protección animal. Como la fuente de ingresos que generaba era tan grande, los dueños se negaron a entregarla y pelearon, sin éxito, por retenerla.
El operativo se llevó a cabo tras una larga investigación impulsada por la Autoridad Central de Conservación y Recursos Naturales de Kalimantan (BKSDA) en colaboración con la Fundación BOS.
"Cuando descubrí que la usaban para la prostitución y no solo como una mascota, me horroricé. Tal vez en mi ingenuidad nunca hubiera creído humanamente posible hacer algo así a un animal", indicó a The Sun Lone Droscher-Nielson, quien fue parte del grupo que rescató al animal.
Con las investigaciones se supo que Pony fue separada de su madre cuando era una bebé, y que tras ello sufrió todo tipo de abusos que le dejaron numerosos cortes en la piel e importantes daños psicológicos.
La orangutana tardó diez años en recuperarse y al principio solo pudo ser atendida por mujeres porque sentía terror cuando veía a un hombre.
En la actualidad se encuentra en buen estado viviendo en cautiverio en el Centro de Rehabilitación Nyaru Menteng, aunque nunca podrá reintegrarse a su hábitat, según los especialistas. No obstante, está en compañía de otros siete orangutanes que la han ayudado a superar la tragedia que vivió.