Los clavadistas profesionales no deben poder creer lo que ven: en Noruega existe una competencia de panzazos. Sí, panzazos.
Lo que uno de niño hacía como una gracia (dolorosa, nadie lo niega) en este país escandinavo ya es un deporte y se llama dødsing.
Consiste en tirarse a la pileta de la peor forma posible, desde 10 metros de altura. Claro que el reglamento permite doblar el cuerpo antes de entrar al agua, para que el impacto no sea tan doloroso (y quién sabe si no mortal).
El dødsing se remonta a la década del 60, cuando los chicos de las clases altas saltaban a la pileta desde una torre para impresionar a las chicas. La respuesta de las clases bajas no se hizo esperar, y tal vez como una burla, los imitaron pero saltando de formas "horribles".
Los videos de esta disciplina inundan YouTube bajo el título "death diving" ("zambullida mortal") y ya suman miles de reproducciones: