El casamiento es uno de los momentos más significativos para una pareja y requiere de mucha planificación, por eso, cuando algo sale mal genera tanta frustración.
Algo terrible le ocurrió a Lin y Brendan Lavery, de 69 y 71 años, quienes contrajeron matrimonio en Reino Unido y para registrar el momento contrataron a una fotógrafa que realizó muy mal su trabajo.
Pese a que su contratación no fue nada barata (118 euros la hora), el material final fue decepcionante. "La mayoría de las imágenes estaban desenfocadas. Son diabólicas. No podíamos creer que fueran tan malas. Mi nieto de seis años, con un móvil, las hubiera hecho mejor", se quejó el marido.
La ceremonia se había celebrado en el mes de octubre en el Registro Civil de la ciudad de Plymouth. Y la pareja recibió un USB con el catálogo de postales en noviembre y no les gustó ninguna.
"Cuanto más los miras, más errores ves. Se arruina el recuerdo de nosotros intercambiando nuestros votos", aseguró Lin.
Los recién casados intentaron comunicarse con la fotógrafa pero ella los bloqueó. También decidió cerrar su perfil de Facebook. Allí descubrieron que el catálogo que mostraba en internet no eran fotos de su autoría sino material robado que hacía pasar como suyo.
Sin tiempo que perder, la pareja tomó una drástica determinación: repetir la ceremonia en el mes de febrero para volver a tomar las fotos, en esta oportunidad, bajo la lente de otro fotógrafo que les recomendaron.
A su vez, los perjudicados lanzaron una advertencia a través de internet para evitar que esta falsa profesional pueda seguir estafando a otros clientes.