Este fin de semana, se regalarán muchas plantas con motivo del Día de la Madre; y, en general, se trata de compras hechas el día anterior o el mismo domingo. ¿Cómo hacemos para que lleguen divinas?
Lo principal es envolverlas en papeles opacos (tipo papel madera) para protegerlas de los cambios bruscos de temperatura que se producen al salir del vivero e ingresar a un nuevo hogar (con luz y clima diferentes). Esto es central, ya que la "mudanza" genera en la planta mucho estrés que detiene su crecimiento.
En la naturaleza, ellas nacen y crecen en un solo lugar, por lo que carecen de un sistema de adaptación que compense estos cambios climáticos. Otra ventaja del papel madera es que se degrada fácilmente, mientras que los brillantes con contenidos plásticos demoran 200 años, impactando negativamente en el ambiente.
Por último, para disminuir los efectos del estrés, recomiendo diluir una aspirina en 8 litros de agua, regar la maceta y rociar las hojas con este preparado, al menos, las dos primeras semanas.
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Norte + Pulgones archienemigos
Cuidado con los pulgones en los rosales: si no los sacás, absorben savia (esto debilita a la planta) y manchan las flores con puntitos negros. Sacá los pulgones con el chorro de la manguera, que no volverán a subir. Evitá utilizar insecticidas, que dañan el ambiente y podrían matar insectos benéficos del jardín.
Centro + Se viene el pastito
Ya podés sembrar césped de verano, como gramilla o Chepica, como le dicen en Cuyo. Si tenés lugares de alto tránsito –el ingreso del auto o los caminos de los perros–, te sugiero clavar un tridente, de manera de airear el suelo, y sembrar luego kikuyo, de alta resistencia al pisoteo.
Patagonia + Jardín de nativas
Si tenés que planificar jardines en lugares difíciles, apelá a plantas nativas como el notro (Embothrium coccineum), un arbolito que con sus flores rojas enamora a los extranjeros durante la primavera. En tanto, el calafate, utilizado como cerco, es impenetrable y posee bellísimas flores y frutos.
Los lectores consultan
Manuel, de Santiago del Estero, me cuenta que a raíz de las copiosas lluvias de los últimos tiempos, en su jardín de la casa quinta han aparecido infinidad de yuyos, al tiempo que desapareció el césped. Consulta cómo puede combatirlos para que el pasto rebrote.
Manuel, podrías utilizar herbicidas de hoja ancha, pero un mes más tarde, las aves y el viento se ocuparán de llenar nuevamente de semillas tu predio. La clave es cortar la maleza todas las semanas, de manera que se debilite y no alcance a florecer ni semillar. Así recuperarás tu césped e incluso mejorará. ¿El secreto? Corte, corte y más corte. No hay herbicidas que superen a la máquina.
Rubén Gerbaudo, de Río Ceballos, Córdoba, envía fotografías de una planta que ya estaba en la casa a la que se mudó, cuyos frutos suelen ser comidos por los pájaros. Ya preguntó en viveros, pero no la conocen. Consulta cómo se llama y si sus frutos son comestibles.
Rubén, la planta en cuestión se denomina Solanum pseudocapsicum y su fruto es muy tóxico para el humano, pues contiene Solanocapsina, un alcaloide esteroideo. Por favor, tené mucho cuidado, ya que parece un tomate pequeño y es tentador para los niños.
Desde Gualeguaychú, Verónica nos cuenta que hace cuatro años su marido le regaló una Anthurium que floreció ese año, hermosa, pero nunca más. Sus hojas se ponen feas y se arruinan.
Verónica, la clave para que un Anthurium florezca es que tenga mucha luz y suelos ricos en materia orgánica y bien porosos (en lo posible, con hoja de pino molido). Conviene rociarlos siempre, a la salida del invierno, con un fertilizante foliar con activador de floración, que se consigue en viveros. Te sugiero sacarla a una galería con más luz y verificar que, cada vez que riegues, el agua drene por los orificios de la maceta, ya que podría ser que estén tapados.
Norberto Polášek, de Posadas, Misiones, adjunta fotos de una planta que le regalaron. Consulta por su nombre y los cuidados que necesita.
Norberto, la fotografía que me enviás pertenece a una Columnea, una planta que proviene de las selvas tropicales y el Caribe, por lo que requiere buen riego, tierras porosas con mucha materia orgánica y buena iluminación. No soporta heladas: si la vas a ubicar en una galería fresca, te conviene disminuir el riego en estos días que son fríos aún.