Débora Dantas es brasilera, tiene 19 años y el pasado 11 de agosto sufrió un accidente que le modificó la vida para siempre. La chica armó planes con su novio Eduardo para divertirse en una pista de karting, en Boa Viagem, en el estado de Recife, sin imaginarse lo que le iba a pasar.
Debora pagó un pase por 22 vueltas, se puso el casco y comenzó a andar por la pista, pero en la segunda pasada, dio un par de choques contra las barreras de contención y pasó lo inimaginable: el motor del vehículo le enganchó el cabello y le arrancó el cuero cabelludo.
Según el medio g1.globo.com, la joven sufrió un "desgarro desde el nivel de los ojos hasta la nuca". Ante la sorpresa del personal del lugar y ella misma que no entendía qué era lo que sucedía al ver el casco y todo su cuerpo lleno de sangre, la pareja de Debora la cargó en el auto y la llevó hasta el hospital.
En el centro de salud entró como herida de urgencia y le realizaron una cirugía de reimplantación, consiguiendo reconstruir el 80% de la zona afectada. Esa fue la primera de una serie de intervenciones quirúrgicas a las que debió ser sometida. Los especialistas utilizaron piel de la espalda, las piernas y hasta las axilas de Débora para poder cerrar las heridas y eliminar los coágulos.
"Las secuelas serán estéticas, no habrá problemas funcionales", aseguró Marco Maricevich, especializado en microcirugía y profesional que intervino en la recuperación de Débora.
La casi trágica historia de la joven se viralizó en Brasil donde iniciaron cadenas de oraciones para su tratamiento posterior y comenzaron a seguirla en sus redes sociales. La joven utilizó el triste episodio como una señal para reinventarse y difundir un mensaje de aceptación y cambios.
En una foto donde se la ve sin pelo, con una cicatriz en la frente y una amplia sonrisa, escribió: "La vida tiende a ser un proceso complejo para entenderla, y por muy explícita que sea, siempre hay dudas. El punto es que siempre hay algo que aprender, algo que conquistar y todo el mundo tiene una parte. Mi filosofía de vida es salvar otras vidas, respetar el derecho y el deber".
Las publicaciones de la ahora influencer son una inspiración para sus 151 mil seguidores que la acompañan con tiernos mensajes de aliento. Débora aprendió a reinventarse y se muestra, día a día, con diferentes pelucas, turbantes y pañuelos en su cabeza. "Ser feliz es ser libre porque todo pensamiento negativo sobre quién eres es una prisión", se lee en una de sus últimas selfies.