Pese a que nació en cuna de oro, Cameron Douglas, hijo de Michael y nieto de Kirk Douglas, no tuvo una vida fácil. Pasó de compartir fiestas con las mayores celebridades de Hollywood a dormir en una celda durante ocho años, tras ser condenado por la Justicia por venta de estupefacientes.
Esta semana, el hijo del protagonista de "El método Kominsky" (Netflix) acaba de publicar el libro "Long Way Home", en el cual recorre su vida y cuenta terribles anécdotas relacionadas con su papá, como una en la que afirma que Duglas lo hacía repartir marihuana en las fiestas.
"Cuando era un niño muy pequeño, recuerdo que mi padre me hacía repartir porros entre los invitados a sus fiestas", dice el libro de Cameron en una de sus páginas.
Este hombre, que hoy tiene 40 años y que se encuentra rehabilitado de su adicción a las drogas, contó que consumió cocaína y heroína durante varios años y que se convirtió en vendedor de metanfetaminas.
Según relató, a los 25 años se inyectaba cocaína hasta tres veces por hora. "Odiaba lo que quedaba de mi vida a causa de las drogas, pero no podía parar", afirmó Cameron..
"Mi padre me decía: 'Llevale esto a tu tío'. Y yo lo hacía sin darme cuenta hasta años después de lo que realmente había hecho. A medida que crecía iba de un lado a otro, salía a los balcones de la mansión familiar y veía más de lo que se suponía debía ver: adultos haciendo las cosas que hacen los adultos que viven vidas excesivas", detalló Cameron.
"Es extraño crecer viendo a tu padre y a tu abuelo como gigantes proyectados en pantallas y vallas publicitarias", contó Cameron y cuestionó: "¿Cómo compites con Kirk Douglas? ¿Cómo vives a la sombra de Michael Douglas?".
En esta línea, el hijo de Michael contó que como su papá tenía que ausentarse por largos periodos de tiempo, el actor contrató un mozo, que actuaba como niñero, para que hijo tuviera "una influencia masculina permanente en su vida". Sin embargo, este empleado de origen salvadoreño, fue despedido luego de que le encontraran botellas de vodka debajo de su cama. Esta desvinculación le afectó mucho a Cameron, que apenas tenía 10 años.
Luego, sus papás se separaron mientras Michael comenzaba un tratamiento por adicción al sexo, justo después de que su mamá lo haya encontrado en la cama con otra mujer.
"Hubo momentos en los que casi perdimos la esperanza... La vida se convirtió en una serie de crisis. Pensé que lo iba a perder", aseguró el famoso actor de 75 años en referencia a su hijo.
Hoy Cameron es papá de Lua, una nena de casi dos años, que tuvo junto a Viviane Thiebes, una profesora de yoga de 41 años. Y acompaña a otros adictos a las drogas para que puedan rehabilitarse.
En su libro, también recuerda una serie de robos por los que nunca fue arrestado. Una de las anécdotas que cuenta es que una vez, en un hotel de Hollywood, apuntó con una pistola de aire comprimido a una anciana petrificada que estaba en la recepción y le pidió que abriera la caja registradora. Tenía un solo billete de USD 20. Él lo tomó y huyó. "Lo hacía por la adrenalina y para fanfarronear", contó sincero el hijo de Michael.
"Me gusta confundir a las personas, hacer que se pregunten cómo alguien que vino de tanto privilegio puede hacer una locura", reflexionó este hombre que pasó de tener una infancia privilegiada a vivir en el infierno, para luego deconstruirse y volver a encarar la vida de una forma más sana.
