"¡Aquí están! Las 3 pequeñas luchadoras del retrato más nuevo! Este año quisimos honrar a los pequeños luchadores que he fotografiado y que han fallecido. Este proyecto ha significado mucho para mí en los últimos 5 años y me encanta haber podido resaltar ambos lados del cáncer infantil. Ahora para recordarle a la gente que no todos los pequeños luchadores lo logran", escribió la fotógrafa Lora Scantling en su cuenta de Instagram.
Las luchadoras son Rhean Franklin, de 11 años, Ainsley Peters, de 9 y Rylie Hughey de 8, las tres fueron diagnosticadas con cáncer y lograron curarse. Ahora, a través de su experiencia buscan transmitirle esperanza a quienes están pasando por una situación similar.
Estas tres niñas de Oklahoma, en Estados Unidos, se conocieron cuando recibían tratamiento contra la enfermedad. Allí Scantling les propuso fotografiarlas juntas para mostrar su valentía. La primera foto la sacaron en 2014 y desde allí todos los años repiten la producción.
Hace poco tiempo, se les unió un nuevo amigo, Connor Lloyd, un niño de 4 años que está siendo tratado por una leucemia linfoblástica aguda.
"Este proyecto ha sido asombroso" (…) Recibo algunos de los mensajes más alentadores sobre las personas que se encuentran con la foto en internet y me cuentan cómo les ha ayudado a ellos o a alguien que conocen en un momento oscuro", contó Scantiling a Today.
Pese a que las niñas están libres de cáncer, siguen sufriendo las consecuencias de la enfermedad. Por ejemplo, a Rhean no le crecerá nunca más el pelo debido a la intensa radiación en su cráneo durante la quimioterapia. Además, sus ojos siempre estarán caídos como consecuencia del tumor que se ubicó en su tronco cerebral. A su vez, la niña de 11 años tuvo que someterse a un tratamiento hormonal con la hormona del crecimiento, lo que la hizo crecer 10 centímetros en un año.
Por su parte, Rylie perdió un riñón y una parte del otro durante su tratamiento para los tumores de Wilms que aparecieron en su cuerpo cuando tenía 2 años. Sin embargo, hoy puede ir a la escuela y hacer danza, gimnasia y softball.
"Lo más preciado que se desprende de esto es ver crecer y madurar la fe de Rylie, y verla tener tanto amor en su corazón por todos los que la rodean", reconoció Bridget Hughey, la mamá de Rylie.
Ainsley que está a punto de cumplir 10 años, tiene que hacerse chequeos dos veces al año. A ella le encanta cantar, leer, andar en bicicleta y jugar con sus amigos.
Por su parte, Connor asiste todos los meses a la clínica para recibir los tratamiento de quimioterapia, además de que diariamente también los recibe en su hogar. Se estima que el tratamiento durará hasta el 2021.
"Significa mucho para nuestra familia que ayude a crear conciencia sobre el cáncer infantil, y sentimos que cuando Connor se unió al rodaje el año pasado, demostraría que, aunque a las niñas les está yendo bien, cada día se diagnostican nuevos niños (…) El cáncer infantil no es tan raro como la gente puede creer y le puede suceder a cualquier persona en cualquier momento de forma inesperada", reconocieron los papás de Connor.