Rosario: el club de la infancia de Ángel Di María suspende actividades por la violencia narco en el barrio

Se trata del club El Torito de barrio La Cerámica, donde “Fideo” hizo sus primeras prácticas futbolísticas.

El club está emplazado en un barrio atravesado por la violencia narco
El club está emplazado en un barrio atravesado por la violencia narco Foto: @clubeltorito

Los vecinos de barrio La Cerámica de Rosario están viviendo una verdadera pesadilla, atravesados por una ola de violencia y crímenes que comanda una banda narco en exigencia de la devolución de una gran cantidad de droga que “les fue robada”. En ese contexto, familiares de niños pertenecientes al club El Torito, donde surgió el futbolista Ángel Di María, decidieron suspender las prácticas y los partidos por no poder garantizar la seguridad de los chicos.

La situación en el sector de la zona norte de la ciudad es extrema y los chicos que juegan al fútbol en las instalaciones manifiestan que desde hace días hay gente que pasa por las inmediaciones en moto “tirando tiros”. Alertados por eso, la comunidad del El Torito decidió que las actividades dejen de realizarse hasta nuevo aviso.

En un contexto signado por la violencia, el lunes por la tarde vecinos de la zona se reunieron para pedir justicia por cuatro homicidios ocurridos en menos de una semana: tres de ellos, adolescentes que no superaban los 15 años. En esa línea, el intendente Pablo Javkin habló de la situación y volvió a cuestionar la falta de presencia policial.

Una amenaza narco por droga que no aparece: la hipótesis del barrio

Según los propios vecinos, todo se desprende de una amenaza que un narco de la zona hizo al barrio si no aparecen 20 kilos de cocaína que tres hombres sustrajeron de una casa de Medrano y Molina. Quienes reclaman la propiedad del estupefaciente lanzaron una peligrosa intimación a todos: “nos dijeron que van a empezar a quemar las casas hasta que la droga aparezca”, contó uno de los vecinos.

“Antes de que llegaran estos narcos era una zona tranquila con chicos jugando en las plazas y andando en bicicleta como Maxi y Maite. Los chicos salieron a jugar y se los devolvieron muertos a los padres”, reflexionó una vecina.