La posta respiratoria del San Martín atiende entre 170 y 180 pacientes por día

El director de la institución, Carlos Bantar, se refirió a cómo trabaja el hospital en medio de la ola de contagios de Covid y en “estado de stress sanitario”.

Hospital San Martín de Paraná
Hospital San Martín de Paraná

El Dr. Carlos Bantar, director del Hospital San Martín de Paraná, habló acerca de cómo está trabajando la institución frente a la segunda ola de contagios de Covid que azota al país y a nuestra provincia en particular. En tal sentido señaló que en el hospital “se refleja cada mañana el estado de stress sanitario propio de todo el día anterior y los pacientes que concurren durante la noche en urgencia”.

En relación a la dinámica de trabajo que el personal de salud lleva adelante, Bantar contó a ElOnceTv que en las primeras horas de cada jornada, se realiza “la distribución” de pacientes de acuerdo con la cantidad de camas disponibles en cada centro asistencial. Asimismo, se clasifican “en función de la complejidad y gravedad de los mismos y el nivel de atención en cada lugar donde se hacen las derivaciones”.

Por otra parte, acerca de las medidas tomadas para disminuir la circulación, el profesional aseguró que “hay que esperar entre 10 y 14 días para ver el efecto de las restricciones. He visto que hay mejor control y mayor restricción en los últimos días”.

Respecto a la posta respiratoria con la que cuenta el San Martín, su director señaló que se están atendiendo entre 170 y 180 pacientes por día “solamente en la posta”. “El paciente se evalúa en sus signos vitales. Luego lo hace un médico. Posteriormente se hace una planilla epidemiológica. Y si requiere un hisopado, hay personal capacitado para esto. La demora es porque esto no es un quiosco que mete un hisopo en la nariz en una fila india de paciente, sino que se hace una evaluación médica. Si requiere tomografía se hace y se lo interna si es necesario”, precisó.

El número de camas

Bantar manifestó que “la cuestión no es poner más camás” y argumentó que “ir poniendo más camas y respiradores, cuando un sistema ha llegado a su máximo de prestación, es como un perro que se quiere morder la cola. Uno no alcanza nunca. Esto ocurrió aún en los países más desarrollados. No es cuestión de poner más camas, sino de racionalizar la atención en función de volver manejable la situación epidemiológica. Nunca va a ser suficiente”.