Caso Carleti: por amenazas de muerte trasladaron a los presos que complicaron a Hisa

Son los dos reclusos que grabaron a escondidas al presunto autor material del hecho cuando se adjudicaba el crimen y confesaba que el empresario había sido el autor intelectual del mismo. 

Presos carleti
Presos carleti

Dos presos que compartían celda con Kevin Guerrero, imputado por ser el autor material del crimen de Norma Carleti, debieron ser trasladados a La Pampa por las amenazas que recibieron de otros reclusos. Investigan si Leonardo Hisa está detrás de las intimidaciones.

Se trata de Manuel Cepeda y Carlos Albornoz que grabaron a Guerrero cuando confesaba ser el autor material del crimen de la empresaria en Tunuán por encargo de su ex marido, Hisa. El audio complicó al empresario y ahora la justicia intenta determinar si fue él quién mandó a otros presos a intimidar a los dos primeros.

La grabación dura más de 50 minutos y Guerrero revela detalles de cómo fue planificado el crimen y quiénes intervinieron. Cepeda y Albornoz la entregaron a la Justicia porque querían ayudar en la causa. Este audio provocó la detención de el padre del imputado, Juan Carlos Guerrero, que habría sido el vínculo entre él e Hisa, y de su madrastra, Susana Hurtado.

Las primeras intimidaciones y ataques contra el Carloncho y el Tijera comenzaron en el mismo complejo en el que grabaron el audio: Boulogne Sur Mer, lugar en el que también está alojado Leonardo Hisa.

En setiembre pasaron algunos días en el penal de Almafuerte, pero, la situación fue la misma, por lo que debieron ser trasladados al Centro de Detención Federal U-32. Finalmente, terminaron llevándolos a Unidad 4 de la Ciudad de La Pampa, donde están aislados y bajo custodia, ya que su vida sigue corriendo peligro, detallaron las fuentes consultadas por Diario El Sol. 

La empresaria Norma Carleti fue asesinada de 50 puñaladas en su casa de Tunuyán la madrugada del 5 de marzo. Ella era una de las propietariaa de una importante empresa frutihortícola del Valle de Uco. Ese día tenía sobre la mesa los sueldos de sus empleados, una importante suma de dinero, que no fue robada. La hipótesis más fuerte sostiene que Leonardo Hisa, quien estaba en proceso de divorcio con Carleti, la mandó a matar.