Se trata de un objeto básico en cualquier cocina. No puede faltar para todo aquel que quiere preparar el plato que sea. Sí: hablamos de las tablas de cortar. Pero, con los años, este artículo cambió: antes era sí o sí de madera, ahora también las hay de plástico. ¿Cuál es mejor?
Las tablas sirven para proteger las superficies de los cortes y, además, para que el cuchillo no pierda el filo. También es útil para “cubrir” los dedos, ya que evita que posibles resbalones del cuchillo que pueden terminar en accidentes.
Como sea, lo importante de la tabla es que sea lo suficientemente dura para soportar los cortes sin romperse, pero lo necesariamente blanda para no desafilar el cuchillo en exceso.
También hay otro punto que tener en cuenta: no se puede usar la misma para cortar carnes y verduras que vayamos a consumir crudas. Se necesita una para cada ocasión de modo que se evite la contaminación cruzada. Y en caso de tener una sola es fundamental lavarla muy bien con agua y detergente antes de volver a usarla.
Los pro y contras de las tablas de madera
La mayor contra que tienen las tablas de madera es que son más difíciles de lavar y no se puede meter en el lavavajillas. En cuanto a puntos a favor es que es antimicrobiana por naturaleza.
Pero, ¿qué pasa con las grietas de la madera? Estos espacios permiten que muchas bacterias se escondan, pero al ser estas hendiduras bastante más profundas de las que se hacen en otros materiales, las bacterias tienen más chances de morir y muchas menos de entrar en contacto con los alimentos.
Las mejores tablas de madera son las más duras y compactas, como el bambú, el arce, el nogal o incluso el olivo.
Otro pro es que es suele ser muy amables con los cuchillos, ya que son muchos más blandas que el plástico.
Los pro y contras de las tablas de plástico
Son las más elegidas en las cocinas profesionales, sobre todo por su facilidad y rapidez de limpieza. Están hechas comúnmente con polietileno de alta densidad (HDPE), que es duradero, resistente al desgaste y relativamente blando. No obstante, es más agresivo que la madera.
Además, el HDPE es no poroso y resistente a la absorción de líquidos, lo que ayuda a prevenir la proliferación de bacterias y hongos.
Lo que hay que tener muy en cuenta es que deben ser reemplazadas periódicamente, debido a las marcas de corte que se acumulan con el tiempo. Estas marcas pueden convertirse en lugares donde se alojan bacterias difíciles de eliminar.
Asimismo, pueden liberar microplásticos con el uso repetido. Estas partículas diminutas contaminan los océanos, el suelo y, en última instancia, la cadena alimentaria.
En definitiva, las de madera y las de plástico tienen ventajas y desventajas. Será cuestión del uso que se le dé, del compromiso del usuario para su limpieza, mantenimiento o cambio, de cuánto se quiera cuidar un cuchillo y, menos importante pero cierto, de qué nos guste más para nuestras cocinas en materia estética.