Hay una lista de frases que tienen a ciertos alimentos como protagonistas y que todos hemos escuchado alguna vez. Se trata de afirmaciones que se toman por ciertas mientras que solo unos pocos se encargan de chequear la veracidad del dato antes de reproducirlo y así generar lo que conocemos como mitos. Veamos cuáles de todos ellos han resultado ser falsos.
El jugo exprimido de naranja pierde las vitaminas si no se toma rápido. Hace tiempo quedó demostrado que la cantidad de vitamina C se mantiene constante más de 12 horas.
Tomar una copa de vino en las comidas hace bien. Una cosa es que el alcohol no haga mal si se toma con moderación, pero otra muy distinta es afirmar que hace bien. El alcohol no es saludable.
Los alimentos congelados pierden nutrientes. Mantener las propiedades nutritivas de los alimentos inalteradas es precisamente la finalidad del freezer.
Los productos integrales tienen menos calorías. Es falso, no engordan menos que los otros, la diferencia radica en el contenido de fibras.
El pan engorda. No, el pan tiene calorías como cualquier alimento. Lo que engorda es acompañarlo con dulces, salsas, fiambre, etcétera.
Mezclar sandía con vino puede ser mortal. Es posible que si nos comemos una sandía entera y tomamos dos litros de vino en pleno verano, puede caer mal, pero no vamos a morir, y tampoco va a explotar nada dentro del abdomen. El mito nace por sumergir un pedazo de sandía en un vaso de vino y ver cómo se endurece, pero el vino es bien diferente a nuestro estómago.
Comer fruta después de comer engorda. Es falso, la fruta tiene las mismas calorías antes que después de comer. Sí puede generar sensación de pesadez e hinchazón en la panza.
Los frutos secos engordan. No, hay que consumirlos con moderación para lograr el efecto de saciedad. Eso ayudará a no comer más de lo debido.