Luciana Salazar es una de las famosas más conocidas y queridas del país que tiene gran repercusión en los medios de comunicación. Desde que su hija Matilda llegó al mundo, se llevó toda la atención y es una de las pequeñas celebridades de las redes sociales con más de 300 mil seguidores en su perfil de Instagram.
Matilda tiene una comunidad de fanáticos que están al tanto de su crecimiento y rutina, como son sus actividades escolares. Hace unas semanas, la hija de la famosa egresó del preescolar con seis años y tuvo un emotivo acto y festejo por el fin de esa etapa en su vida.
Lo que más llamó la atención es que el cierre del ciclo lectivo fue en pleno junio lo que no es común en el país. Esto se debe a que Matilda estudia en la “Asociación Escuelas Lincoln” una institución que sigue el calendario y estructura educativa de Estados Unidos.
Así fue la reacción de Matilda, la hija de Luciana Salazar, al ponerse las vacunas
Tras el fin de curso, Matilda se fue de vacaciones con su mamá para tomarse un merecido descanso. Ahora que ya volvió, la hija de la famosa debió pasar por los controles médicos y vacunarse, lo que no le gusta a ningún niño.
“Recién vinieron a vacunar a Matilda con las vacunas del ingreso escolar. Es importante tener el esquema de vacunación al día para proteger y cuidar a los chicos de posibles virus y enfermedades. El servicio se llama vacunar en casa. Yo lo recomiendo. Las vacunas salvan vidas”, escribió Luciana Salazar en la cuenta de Instagram de su hija.
En el video se ve a la pequeña de seis años sentada junto a una enfermera que le tenía que colocar dos vacunas. Primero, Matilda se mostró nerviosa, mirando su brazo, cuando la enfermera terminó le dijo: “Ya está” y la hija de Luciana Salazar sonríe.
Luego, la enfermera le puso la segunda vacuna mientras Matilda miraba a otro lado. “¿Viste que no era nada?”, le dijo Luciana a su hija, mientras la pequeña se reía y miraba su brazo por si le quedaron rastros.
“Valiente por dos, le vas a contar a todos tus amigos de esto”, le dijo la enfermera. A lo que Matilda respondió firme: “Es que yo no siento nada”.