Antonia Audoglio Pastorutti, la hija mayor de Soledad Pastorutti y su pareja Jeremías Audoglio, tiene 14 años. Desde su nacimiento, la hija de la cantante creció en un entorno lleno de amor, pero también bajo el constante escrutinio de los medios. Sin embargo, Soledad siempre ha mantenido un perfil bajo cuando se trata de su vida personal, compartiendo con sus seguidores momentos selectos y reflexiones sobre su rol de madre.
En su momento, Soledad había escrito: “¡Feliz cumpleaños amor de mi vida! No elegí ser mamá, fue un deseo profundo, imparable, un milagro”. La cantante resumió, a través de un carrusel de fotos y videos, los momentos más especiales de su hija, desde sus primeros años hasta el presente.
Soledad Pastorutti habló de su hija Antonia
A los 14 años, Antonia alcanzó una edad clave en su desarrollo personal y familiar. Según Soledad, su hija está comenzando a transitar la adolescencia y, aunque como toda madre, le preocupa cómo manejar esta etapa, la cantante asegura que deja que Antonia “maneje los tiempos”. Además, Soledad destacó que, aunque sus hijas viven en un contexto mucho más fluido en términos de comunicación, el impacto de los medios y las redes sociales es algo que la preocupa, especialmente en esta etapa de la vida de Antonia.
“Son dos nenas muy felices. Por suerte están viviendo otro momento del mundo. Se expresan, hay un intercambio mucho más fluido en la comunicación”, dijo Soledad en una entrevista reciente, refiriéndose a sus hijas. Aunque es consciente de los desafíos que trae la adolescencia, Soledad no pierde oportunidad para expresar lo orgullosa que está de su hija y del proceso que está viviendo.
Aunque Soledad es conocida por mantener su vida familiar privada, de vez en cuando, comparte pequeños destellos de la vida de sus hijas. En su cuenta de Instagram, la cantante ha mostrado cómo sus hijas, especialmente Antonia, están creciendo no solo en edad, sino también en madurez y personalidad. Antonia sigue siendo un rostro poco visible en los medios, pero con el respaldo y amor incondicional de una madre.