La historia de una de las sectas más dramáticas y recientes: el extraño culto NXIVM

Su líder, el neoyorkino Keith Raniere, acaba de ser condenado a 120 años de prisión por varios delitos como tráfico de personas y explotación sexual, entre otros. India Oxenberg, una de las víctimas, nos cuenta su historia en primera persona.

La historia de una de las sectas más dramáticas y recientes: el extraño culto NXIVM
La increíble historia es retratada en la nueva serie documental “Seduced: Inside the NXIVM Cult” (Seducida: dentro del culto NXIVM) que ya se estrenó en Argentina.

Era el año 2011. India Oxenberg había cumplido 19 y atravesaba esa etapa de indecisión adolescente en la que aún no sabés qué rumbo darle a tu vida. Para ayudarla, su madre, la actriz estadounidense Catherine Oxenberg –famosa por su papel en la serie Dinastía y por su ascendencia aristocrática– decidió llevar a India a inscribirse en NXIVM, un programa de educación ejecutiva para impulsar el desarrollo personal.

Fundada en 1998, para ese entonces NXIVM tenía su prestigio dentro del famoseo hollywoodense y muchas personalidades, actores, actrices y altos ejecutivos pagaban grandes sumas de dinero para participar. India llegó entusiasmada al lugar donde terminaría siendo víctima de coerción, abuso y torturas en una empresa que la misma justicia estadounidense definiría como “criminal con características de culto” y en la que su fundador, Keith Raniere, afrontaría una condena a 120 años de prisión por varios delitos como tráfico de personas y explotación sexual, entre otros.

La increíble historia es retratada en la nueva serie documental “Seduced: Inside the NXIVM Cult” (Seducida: dentro del culto NXIVM) que ya se estrenó en Argentina y que puede verse por la plataforma Starzplay. Allí, en cuatro capítulos de una hora, India y Catherine Oxenberg cuentan cómo fue el arduo camino que recorrieron juntas para poder dejar atrás NXIVM y lograr que el caso llegara a la justicia.

“Lo más difícil de embarcarme en este documental fue regresar a la ciudad de Albany, el lugar donde todo sucedió”, cuenta India Oxenberg en diálogo con revista Rumbos. “Ya cuando estaba en el tren yendo de Nueva York a Albany empecé a tener muchas reacciones físicas como calores muy intensos o ácido que me subía por la garganta. Yo había jurado nunca más volver. Y eso fue muy difícil porque mi cuerpo recordaba mucho más de lo que mi mente podía procesar”.

Tal como explica en Seduced, India llegó a NXIVM en búsqueda de impulsar su potencial personal. Allí se ofrecían “Programas de éxito ejecutivo” y distintos talleres y seminarios de autoayuda. El líder máximo de esa empresa –que llegó a reclutar a unas 17.000 personas en Estados Unidos– era el “maestro” Keith Raniere, a quien todos llamaban “Vanguardia”.

NXIVM giraba enteramente sobre la figura de Raniere, un neoyorkino nacido en 1960. Sus seguidores lo veneraban y le suponían una inteligencia superior. A medida que avanzaban en los cursos, los “reclutados” se comprometían más y más con el programa, al punto de que muchos se mudaban de forma permanente a la ciudad de Albany y hasta perdían el contacto con sus amigos y familiares.

Tanto para India como para varias de las mujeres que formaban parte de NXIVM, el panorama se volvió más oscuro en el año 2015, cuando Raniere creó dentro de la compañía un grupo secreto de mujeres llamado DOS, donde las participantes se convertían en “esclavas”, debían hacer dietas extremas y cumplir tareas entre las que se encontraba la orden de “seducir” a Raniere y tener contacto sexual con él; varias de ellas, incluida India, fueron marcadas en sus cuerpos con un hierro cauterizador con las iniciales de Keith Raniere.

Para asegurar el hermetismo total en torno a lo que sucedía, las mujeres de DOS estaban obligadas a entregar diversas “garantías” que incluían fotos de ellas desnudas, primeros planos de sus genitales y cartas firmadas en las que contaran secretos vergonzantes o perturbadores sobre sus familias. Si algo de DOS salía a la luz, esas “garantías” serían publicadas.

“Yo no sé dónde está esa ‘garantía’ ni quién la tiene. Ninguna de las mujeres de DOS lo sabe. Esperamos que el FBI tenga la mayor parte pero, ya sabés, podés hacer copias de cualquier cosa. Así que temía que si hablaba abiertamente sobre mi opinión y decía la verdad, vendrían a por mí o tratarían de lastimarme con la garantía. Eso me dio miedo y en un momento tuve que dar el salto y pensé ‘si pasa, pasa’, pero dije lo que tenía que decir”, confiesa India.

-Decidieron llamar al documental “Seducida”. ¿Cuán importante fue el poder de la seducción en NXIVM?

INDIA OXENBERG: Yo participé de la elección del nombre porque me parecía que representaba la seducción del culto. El engaño de lo que pensábamos que íbamos a hacer frente a lo que era. Fuimos a buscar autoayuda y humanidad y encontramos algo inhumano, cruel y criminal. Dentro de DOS había una tarea específica que debíamos cumplir que tenía el nombre de “seducción” e implicaba seducir a Raniere. En el documental profundizamos en eso porque en mi opinión ese fue el principio del fin para él, porque comenzó a ponerse muy codicioso, quería más y más mujeres en DOS y cuanto más lo perseguía, más se incriminó a sí mismo.

CATHERINE OXENBERG: La forma en que se salió con la suya durante tanto tiempo es la forma en que NXIVM y los programas de éxito se diseñaron. Adoctrinaban a las mujeres y durante años se les dijo ciertas cosas que terminaron normalizando y que si cruzaban esa puerta y lo miraban desde afuera, nunca habrían aceptado. India había estado allí 5 años, por lo que era una presa fácil. La codicia de Raniere radicó en que quiso sumar más mujeres, las quería ya y para eso las reclutó más rápido. Eso hizo que muchas pudieran ver y entender cosas que otras no podían.

-¿Por qué creen que NXIVM logró esa manipulación psicológica?

INDIA: Pienso que hay muchas razones. Creo que vivimos en una cultura de influencia, ya sea en Instagram mientras te desplazás por las fotos sin cesar, dando “likes” o poniendo corazones. Estamos siguiendo a la gente, dejamos que nos guíen sin cuestionar realmente a quién o por qué los estamos siguiendo. Por mi parte comencé a ser más diligente sobre a quién sigo, a quién me importa escuchar y por qué lo considero un líder. Creo que hoy en día no estamos acostumbrados a pensar en nosotros mismos profundamente.

CATHERINE : A través de este viaje hacia la comprensión de las sectas y sus peligros, me di cuenta de que la mente es mucho más frágil de lo que creí. Y especialmente dentro de la industria de la autoayuda, que solo en Estados Unidos mueve 11 mil millones de dólares al año y está completamente desregulada. Tiene personas sin licencias y sin certificaciones que influencian a otras personas al punto de convertirlas en alguien diferente. Es extremadamente peligroso. Necesitamos ser conscientes de la fuente de información que nos llega y preguntarnos: ¿Cuál es su agenda? ¿Es esto bueno para mí o para ellos? ¿Quién sale más beneficiado?

El punto de quiebre

Aunque Catherine Oxenberg tenía sus sospechas sobre NXIVM, no se dio cuenta del peligro en el que estaba su hija hasta abril de 2017, cuando recibió el llamado de Bonnie Piesse, una ex integrante del grupo que le contó con detalle lo que sucedía realmente ahí dentro.

“En ese momento pensé que era solo una fase de India. Al principio pensaba que era inocente e inofensivo pero cuando Piesse me contó todo me di cuenta de la gravedad”, recuerda Catherine.

Su primera estrategia fue hablar con India para explicarle el peligro en el que se encontraba, pero ella no la escuchó y dejó de hablarle. Sin encontrar otra ayuda, a fines de 2017 Catherine decidió recurrir a los medios. El New York Times contó la historia, en la que testificaron también varias mujeres que habían estado en DOS. La explosión ese mismo año del movimiento feminista Me Too y las denuncias de abuso contra el productor de cine Harvey Weinstein sembraron el terreno fértil para que la sociedad prestara atención al caso NXIVM.

La justicia estadounidense inició una investigación que terminó con la detención de Keith Raniere en marzo de 2018 en Puerto Vallarta, México, y al mes siguiente se ordenó también la detención de otras mujeres acusadas de cooperar con él. Finalmente, el pasado 27 de octubre, Raniere fue condenado a 120 años de cárcel en un tribunal de Nueva York por delitos que incluyen tráfico de personas, explotación sexual y posesión de pornografía infantil. Él aún sostiene que es inocente.

-¿Qué papel jugó la sororidad en la denuncia?

INDIA: Fue un giro de eventos muy interesante, porque pasé de DOS, donde se abusaba y lastimaba a las mujeres, a algo que las empodera y las favorece. Fue muy sanador para mí, porque necesitaba eso para asegurarme de que había más cosas buenas que malas en el mundo.

CATHERINE: Cuanto más ahondabas en el programa NXIVM, más negativo se volvía hacia las mujeres, era muy misógino. Las mujeres allí se formaban una imagen muy pobre de sí mismas y así las manipulaban.

-¿Qué consejo le darían a alguna mujer que pueda estar en una situación similar?

-INDIA: Mi consejo es que busquen a alguien en quien confíen y con quien puedan hablar. Ya solo la conversación inicial es mejor que nada. No mantengas a estas personas en secreto. Eso fue lo peor que hice, mantuvimos a este hombre en secreto, lo que le permitió abusar de nosotras y de otras mujeres. Eso ya no está permitido, nunca más. Tenés que hablar, compartir. Estamos intentando comunicar eso con el documental.

-¿Qué pensás de la condena a Raniere?

INDIA: Se merece cadena perpetua porque es un hombre peligroso que simplemente recreará todo lo que hizo tan pronto como sea liberado. Y no me siento segura con su liberación, quiero que permanezca en prisión.

-¿Te cuesta salir del papel de víctima?

INDIA: No es fácil salir de ese lugar, pero no es imposible. Ahora soy realmente feliz con lo que soy y lo que tengo. Sí fui víctima de las atrocidades de Keith Raniere, pero no voy a ser una víctima en mi vida.