No hay mes o estación del año en la que Bariloche no reciba a los turistas con propuestas únicas.
La misma ciudad que durante la temporada de nieve se convierte en una encantadora postal blanca –y en un destino ineludible para los amantes del esquí– es durante el verano el escenario ideal para los amantes de la naturaleza, el relax y los placeres. Organizar una mañana de trekking, una sesión de canopy, recorrer el Circuito Chico, pasear por el Centro Cívico o arrimarse a la orillita del hermoso lago Nahuel Huapi, que atrae e hipnotiza tanto a visitantes como a locales, son solo algunas de las múltiples opciones por explorar.
Comer con los ojos
La calle del chocolate
Hay una calle en Bariloche que a cualquier goloso podría parecerle el paraíso en la Tierra. Chocolates de crema suiza, semiamargos, con gomitas, bombones rellenos de Baileys, coñac, whisky o pistachos, frambuesas con doble baño, ositos de chocolate blanco y otras maravillas de todos los colores y formas imaginables se exhiben en las vitrinas de las chocolaterías artesanales que se acumulan a lo largo de la calle Mitre. Por si fuera poco, algunas de esas tiendas –las más icónicas, como Mamushka y Rapanui– tienen también heladería, café y hasta alguna pista de patinaje sobre hielo. Cada año, en el Centro Cívico de la ciudad, se celebra la Fiesta Nacional del Chocolate Artesanal, en la que los negocios se unen para fabricar algún manjar para compartir con los asistentes. El año pasado fue un huevo de Pascua ¡de ocho metros de alto!
Malta, lúpulo, cebada
Epicentro del boom cervecero
Pero además de ser considerada la capital del chocolate, la ciudad también es epicentro del boom de la cerveza artesanal en la Argentina, y sede de algunos de los primeros brewbars del país, como Blest y Berlina. Por eso, ningún amante de la malta y el lúpulo puede pasar por Bariloche sin recorrer algunas de sus cervecerías y probar lo mejor de sus canillas: desde el rústico bar restaurant de la familia Gilbert hasta el local al aire libre de Berlina. Tampoco hay que dejar de pasar por el bar de onda cool de Blest, en el centro, donde suele haber bandas en vivo.
Una vez allí, dos recomendaciones especiales: probar la Honey y la Barley Wine. ¿Otro dato? En Wesley, además de comer unas ricas empanadas de cordero, podés quedarte a bailar después.
Al aire libre
Recorriendo el Circuito Chico
Ver por primera vez el paisaje panorámico que ofrece el mirador del Cerro Campanario es una experiencia capaz de quitarle el aliento a cualquier visitante. Incluso, llegar hasta ahí en aerosilla es una increíble experiencia de silencio y contemplación de la naturaleza. Se trata de una de las paradas del imperdible Circuito Chico, el recorrido más tradicional de Bariloche, en el que se lleva al visitante a conocer el destino a través de sus hermosos bosques, lagos y las montañas. En el camino, encontrará además casas de té y restaurantes en donde podrá degustar la exquisita gastronomía regional y adquirir todo tipo de artesanías. Y si de aprovechar el tiempo al aire libre se trata, en Bariloche abundan las ofertas de canopy, trekking y rafting.
Festejo a pura espuma
En febrero se celebró, en el predio de la Sociedad Rural, en Bariloche, la primera Fiesta de la Cerveza Artesanal “Pinta Bariloche”. Se trató de dos días intensos con food trucks, música en vivo y stands donde probar variedades, estilos y experimentos de las mejores cervecerías de la ciudad. Un éxito que sin duda se repetirá el año próximo