Por más increíble que parezca, hay gente que paga hasta $2.500 pesos por un billete de 100. Pero no por cualquier billete, ya que debe tener una serie de características que lo hacen "coleccionable".
En particular, en el caso de los billetes que homenajean a Eva Perón, los más valiosos son los serie A (que son totalmente diferentes a las series nuevas), cuyo valor se multiplica si son correlativos y están nuevos, sin circular. Un billete capicúa se puede llegar a vender por casi mil pesos. Pero si tiene la impresión corrida y no estuvo en circulación pueden alcanzar los $ 2.500.
Hernán Muzio, un analista financiero, explicó a El Cronista, que "los correlativos y sin circular la única forma que te hagas con ellos es que vayas al banco y te den nuevos y vos los guardes. Evita seria A te los pueden dar cualquiera y los que tienen la R también te los puede dar cualquiera".
Un caso similar ocurre con el billete de dos dólares, por la simple razón de que son difíciles de conseguir. "Un lote de 20 billetes correlativos de 1963 sin circular también aumenta el valor si, por ejemplo, se tiene toda la serie de las 12 Reservas. Se venden en $ 20.000, muy por arriba de su verdadero valor nominal de u$s 40 dólares, o lo que es lo mismo que $ 1500: en los billetes viejos la letra grande indica la Reserva a la que corresponden", afirmó Muzio. Otro factor que hace que un billete aumente su valor de colección, es si está firmado por un presidente cuyo mandato duró poco tiempo.
Pese a que fue muy criticado en su momento,
el billete de 100 pesos que lleva la imagen de Evita fue premiado
en 2013 en la Conferencia Latinoamericana de Imprenta de Alta Seguridad, por su diseño y características de seguridad.