La realeza británica es noticia en todo el mundo ya que los duques de Sussex, Harry y Meghan, decidieron alejarse de sus funciones en la monarquía. Markle es el apellido de la duquesa, conocido por su pasado como actriz, pero no es usual escuchar el nombre completo de Harry o de su hermano, William.
En general, la dinastía de la Reina Isabel II se llama Mountbatten-Windsor. El nombre Windsor fue introducido durante la Primera Guerra Mundial porque el anterior, Sajonia Coburgo Gotha, sonaba muy alemán.
Cuando la Reina se casó con Felipe Mountbatten de Grecia, determinaron que sus descendientes decidan si llevar el doble apellido: la princesa Ana lo eligió, mientras que Carlos, Andrés y Eduardo solo se apellidan Windsor.
En la línea de sucesión continúa Carlos que, por ser el Príncipe de Gales, le pasó a sus hijos el apellido Wales (Gales, en inglés). Por eso, los príncipes William y Harry han utilizado durante su vida escolar y militar el apellido Wales, aunque siempre conservando el nombre familiar Mountbatten-Windsor.
Ahora, la Reina le concedió a sus nietos diferentes ducados. Por eso, los hijos de ambos tendrán apellidos diferentes, a pesar de ser primos directos y que todos pertenecen a la Familia Windsor.
Los hijos de William -George, Charlotte y Louis– llevan cómo último nombre Cambridge, ya que su padre es el duque de ese lugar.
Mientras tanto, el hijo de Harry y Meghan se llama Archie Harrison Mountbatten-Windsor y no tiene un título, según anunció la pareja cuando luego de su nacimiento.
La diferencia en los apellidos de la familia real es tan confuso que generalmente prefieren no utilizarlo. Además, no lo necesitan, ya que sus nombres son suficientes para ser reconocidos públicamente y la mayoría ni siquiera necesita un pasaporte para salir del país, ya que viajan en forma privada.