Desde el año 2010, cada 4 de septiembre, en todo el mundo se conmemora el Día Mundial de la Salud Sexual, con el fin de sensibilizar y tomar conciencia sobre la importancia de la educación sexual, los cuidados y los riesgos que existen.
Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), la salud sexual es un estado de bienestar físico, mental y social en relación con la sexualidad. Para lograrlo la clave es estar bien informado, tanto para lograr el cuidado propio como para respetar a la pareja sexual y saber cuándo es necesario consultar con un especialista.
Para ello, es fundamental impulsar el Programa Nacional de Educación Sexual Integral (ESI) y todos los espacios destinados a informar y concientizar acerca de la salud sexual.
Según uno de los últimos estudios de la OMS, de 2016, se estima que anualmente, unos 376 millones de personas contraen alguna de las cuatro Enfermedades de Transmisión Sexual (ETS) más comunes: clamidia, gonorrea, triconomiasis, y sífilis, sufriendo entre sus consecuencias, y, muchas veces, viendo afectada su capacidad de concebir un hijo.
Pero la sexualidad no solo tiene que ver con conocer estas enfermedades, también con saber que la experiencia sexual tiene que ser respetuosa, placentera y consentida.
"La salud sexual bien entendida tiene que ver con el placer y el disfrute y está apoyada en los derechos sexuales. Cuando nos referimos a ella no hablamos de disfunción ni de enfermedades, sino de poder disfrutar conscientemente de la sexualidad. Para eso lo más importante es la educación y el trabajo personal que podemos hacer, es decir, cuidar la autoestima, buscar información y tener respeto por el otro", detalló a Perfil Viviana Wapañarsky, sexóloga del Hospital de Clínicas de la Ciudad de Buenos Aires y miembro de la comisión directiva de Sociedad Argentina de Sexualidad Humana (SASH).
Lo cierto es que el sexo todavía está lleno de tabúes, que las generaciones mayores traen inculcados y que es hora de dejar de lado para darle la oportunidad a las nuevas generaciones de encarar sus experiencias sexuales con información, responsabilidad y total libertad. "No hay que dar nada por sentado, hay que ser más amigos, hablar", recomendó la sexóloga.
¿Cuáles son las ETS más comunes?
La a Dra. Bárbara Lotti, especialista en Reproducción Asistida de IVI Buenos Aires reveló que las ETS más son las bacteriológicas, entre ellas la clamidia y la gonorrea (ya mencionadas anteriormente), cuyos síntomas son el flujo abundante y el dolor durante las relaciones sexuales y al orinar; ambas son llamadas normalmente "infecciones silenciosas" por la inusual manifestación de sus síntomas cuando la enfermedad se instala.
Es importante estar atento ante cualquier síntoma que pueda llegar a dar cuenta de la presencia de la bacteria de clamidia. "Una de las causas de la infertilidad femenina es el factor tubárico, que está íntimamente vinculado con la bacteria Chlamydia trachomatis", detalló la especialista. Además, la bacteria puede generar inflamación pélvica, un parto prematuro o infecciones neonatales como conjuntivitis o neumonía.
El VIH/sida, que se transmite a través de la sangre, fluidos vaginales, semen o leche materna, y el herpes vaginal, que tiene como síntoma principal la aparición de úlceras alrededor de los genitales, tiempo después de haber contraído el virus, son otras de las enfermedades más comunes. Al ser víricas no tienen cura, aunque ciertos tratamientos puedan controlar o disminuir sus síntomas.
Por su parte, otras dos infecciones irreversibles son el virus de la hepatitis B y el HPV o condilomas, también conocido como verrugas genitales, que pueden llegar a generar cáncer en el cuello del útero. Afortunadamente, para el segundo hoy existe una vacuna que se le da en la Argentina en forma gratuita tanto a niños como a niñas a los 10 años de edad.
La candidiasis es otra de las ETS más conocidas, con síntomas como la inflamación vaginal y el exceso de flujo blanquecino, esta enfermedad se da con la reproducción del hongo cándida, que vive de forma permanente en nuestra piel. Al reproducirse, produce malestar, y puede contagiarse a través de las relaciones sexuales.
A esta lista se suma la sífilis y la triconomiasis, que son curables. Ambas se contagian por contacto sexual, y en el caso de la segunda, los síntomas son similares a los de la candidiasis: exceso de flujo, ardor e inflamación en la zona genital y molestias abdominales. En cuanto a la sífilis, los síntomas suelen asimilarse con la fiebre o gripe, por lo que muchas veces resulta difícil de identificar.
Las ETS se diagnostican mediante exámenes específicos y simples, como el examen de orina y el análisis de material extraído de la uretra y la vagina.
Según la especialista de Reproducción Asistida, es importante resaltar que, aun conociendo a la otra persona, la confianza en ella no es suficiente porque, en algunos casos, el propio portador no es conocedor de que lo es y puede perjudicar la salud de su compañero/a sin pretenderlo.
Es de crucial importancia, para preservar la salud sexual propia y también ajena, poner atención en los cuidados antes, durante y posterior a las relaciones sexuales. Brindar información es el primer paso para combatir este tipo de enfermedades y evitar que se sigan reproduciendo.
"Es común que las personas estén preocupadas por las Enfermedades de Transmisión Sexual solamente durante el comienzo de una relación y después de un tiempo juntos disminuyan los cuidados, sin antes hacer una evaluación médica que descarte el riesgo de que ambos sean portadores de alguna patología que pueda estar actuando de forma silenciosa en uno de los miembros de la pareja", advirtió la Dra. Lotti.
En esta línea, la especialista hizo hincapié en que "el preservativo es el método anticonceptivo más eficaz en la protección contra las ETS, siempre que su uso sea correcto y sistemático. También los guantes de látex y el lavado de manos antes de tener relaciones, así como el lavado de cualquier elemento que se utilice".
¿Cómo afectan las ETS en la fertilidad de hombres y mujeres?
Entre las más frecuentes, hay puntualmente dos de ellas: la clamidia y la gonorrea que, si no son tratadas a tiempo, pueden devenir en problemas que afecten el sistema reproductivo y la fertilidad de la persona.
La clamidia puede generar inflamación en el área pélvica, e invadir el útero, los ovarios y las trompas de Falopio, causando infección: "Así, puede comprometer las trompas y obstruir o dificultar el pasaje del óvulo a través de las mismas, necesario para la fecundación. En el hombre puede causar inflamación en la próstata, lo que también interfiere en la fertilidad", explicó la Dra. Lotti.
Por su parte, la gonorrea, infección que afecta a la uretra, el cérvix, el recto y la garganta, también influye en la fertilidad. "Al igual que la clamidia, cuando no se trata, la gonorrea puede llevar a los hombres a presentar una inflamación en los testículos y en la próstata causando infertilidad, mientras que las mujeres pueden desarrollar una enfermedad pélvica inflamatoria que haga entrar en conflicto a su zona reproductiva", concluyó Lotti.